Los eternos rivales
Expresión española que muestra cómo en cada situación no puede haber más que dos personas enfrentadas. Paquiro o Cúchares, Ortega o Unamuno, el Madrid y el Barcelona, Isabel II o Carlos VII, Bardem o Berlanga. ¿Marido o mujer? ¿Hijo o padre? Y: Alberto o Esperanza, Bush o Kerry. Son del inconsciente colectivo, de la creación de castas según la garrota o del que la mistificó esa garrota y dijo que todo poder venía de dios: el que puso un hueso de punta en el extremo del palo gordo, y dios optó por él. La necesidad de que manden todos, o la mayoría (no lo que ellos llaman democracia: la de verdad), se hace poco a poco. Hoy estamos en dos trances del binomio cornuto. Uno se ha resuelto, el de Esperanza y Alberto; pero ¿de verdad? La cosa cornuta ésta o polimorfa consiste en saber qué va a pasar con el PP. En este momento domina el más feroz de los sectores: el que perdió su baza, y perdió el gobierno diciendo lo que no era. "Sostenella y no enmendalla", cité alguna vez. El renovador visible ha perdido; pienso que ha perdido el PP, y no me disgusta con exceso, porque entre esos dos partidos prefiero, como observador y como habitante de aquí, el socialista, incluso con Bono definiendo españoles y antiespañoles.
El otro enigma bicornio es el de Estados Unidos: ayer se decía aquí que Kerry ha ganado los tres debates, pero no las elecciones. Nada más cierto. Y también que todo el mundo quiere que gane Kerry excepto EE UU, que no terminan de decidirse. La verdad es que la sola visión de Kerry y su saludo militar y su sonrisa de tiburón me dan algo de risa: pero la de Bush me da miedo, y pienso en su hombre en España y en su hombre en el Reino Unido, y en tanto muerto por nada. Ayer me escalofriaba viendo a Blair regañar a Zapatero por no ayudar a Estados Unidos, y al embajador de aquel país explicando que no fue al desfile porque hace un año ZP no saludó la bandera americana. ¡En qué manazas estamos! El mayor horror viendo que estos dirigentes y otros europeos están en lo que se llama "conferencia de líderes progresistas". ¡Otro nombre que roban! (Al final: algunos tendrán ya decidido, en EE UU y aquí, quién ha de llevarse el poder, y cómo el que gane hará lo que le digan).
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