La policía decomisa 800 reproducciones de armas de fuego que disparan balines de PVC con gran potencia
Nuevo golpe a las redes de falsificación. Agentes del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a la Sección de Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Comisaría General de Policía Judicial y a la Unidad Integral de Distrito (UID) de Usera de la Policía Municipal han localizado esta semana un establecimiento abierto al público dedicado a la importación, almacenamiento y venta a mayoristas y minoristas de diferentes artículos de regalo y hogar. En dicho local, sito en el polígono industrial Cobo Calleja, de Fuenlabrada, han intervenido más de 800 reproducciones fieles de armas de fuego de diferentes modelos, empleadas para proyectar balines de PVC con una potencia considerable.
Según informó ayer la Dirección General de la Policía, los titulares del establecimiento carecían de cualquier licencia habilitante para la importación y comercialización de dicho producto, y las armas no portaban ningún tipo de elemento que las identificara como reproducción (como el anillado de color rojo de la boca del cañón, que recoge la legislación actual). Por este motivo, la simple presencia de las mismas puede inducir a error sobre la posibilidad de que pudieran ser armas reales. De hecho, los agentes las aprehendieron ante el riesgo de que pudieran ser utilizadas como armas simuladas en la comisión de delitos de diversa naturaleza -en especial en atracos-, además de porque estas falsas armas no pueden ser cargadas con balines ni ninguna munición.
La intervención de los agentes también ha permitido retirar de la circulación productos potencialmente peligrosos, tanto para el usuario (dado que su utilización en sí misma puede producir algún tipo de lesión grave a terceros) como para la población en general.
Por otra parte, agentes de la comisaría de Torrejón de Ardoz han detenido a Miguel Ángel I. S., de 18 años, como presunto autor de 15 robos con violencia e intimidación (atracos). Para cometer supuestamente esos delitos, el reo ponía un cuchillo jamonero en el cuello de las víctimas y les amenazaba de muerte. Otras veces utilizaba armas de fuego.
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