Caruana rebaja ligeramente las previsiones de crecimiento y pide al Gobierno que logre superávit
El gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, pidio ayer al Gobierno un esfuerzo añadido en la consolidación presupuestaria para "afrontar con mayores garantías los retos de largo plazo a los que las cuentas públicas habrán de enfrentarse, en especial el efecto del envejecimiento de la población".
Durante su intervénción en la Comisión de Presupuestos del Congreso indicó que los Presupuestos de 2005 prevén un superávit de una décima del PIB, lo que era muy positivo por cuanto permitía a España estar en el reducido número de países del euro con excedente en sus cuentas públicas. Sin embargo, no se conforma con este superávit al afirmar que esta contribución a la estabilidad "podría ser inferior a la deseable en la situación actual de la economía española".
Para Caruana, unas políticas monetaria y fiscal menos holgadas serían la respuesta para abordar los riesgos que se presentan en la competitividad, las alzas de precios de la vivienda y el endeudamiento de las familias.
Solicitó también mayor claridad y agilidad en las cuentas de las administraciones públicas, que deberían informar de su situación financiera "con una frecuencia similar a la del Estado, para lo que se requiere una mayor transparencia de las comunidades autónomas".
Respecto a la marcha de la economía española, el gobernador del Banco de España indicó que este año podría cerrarse con un crecimiento del PIB ligeramente inferior al 2,8% que ha previsto el Gobierno. Para 2005 condicionó el empuje de la economía española a la pujanza de los países de la Unión Europea. Si las economías europeas se recuperan se podrá alcanzar el objetivo del 3%, aunque para Caruana esta previsión se encuentra en la zona más alta del rango posible.
En cuanto al petróleo, desaconsejó la aplicación de ayudas directas sobre los precios e indicó que los mayores riesgos del alza del crudo se encuentran en los efectos de segunda ronda, provenientes de cómo trasladen esta subida: incremento en los precios de bienes y servicios y subidas salariales.
También abordó la situación del precio de la vivienda, del que dijo que "sólo ha dado tibias señales de moderación". Solicitó al Gobierno una reforma del mercado del suelo, "pues de otro modo las presiones siempre terminarán manifestándose a través de las subidas de los precios".
Caruana abundó en la necesidad de reformas de la economía, que concretó en mantener el impulso liberalizador, poniendo como ejemplo los horarios comerciales, así como la necesidad de profundizar en las reformas laborales anteriores.
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