Los premios Ig Nobel distinguen la investigación inverosímil
El Nobel de Física ha sido concedido a tres investigadores norteamericanos por explicar cómo se mantienen unidos los quarks en el interior del núcleo de los átomos.
La investigación física de los profesores Ramesh Balasubramaniam, de la Universidad de Ottawa, y Michael Turvey, de Connecticut, también ha sido distinguida por la "exploración y explicación de las fuerzas dinámicas del hula-hoop". Sin embargo, en este caso, el galardón es de los Ig Nobel, que desde hace 14 años organiza la Universidad de Harvard (EE UU).
Estos premios alternativos, que se recogen entre lanzamientos de avioncitos de papel, distinguen auténticas investigaciones científicas, pero que raramente van a tener una aplicación práctica empresarial.
Si el Nobel de la Paz fue para la keniana Wangari Maathai por "el desarrollo sostenible de la democracia y la paz", el Ig es para el japonés Daisuke Inoue, inventor del karaoke, "por abrir una nueva vía para el aprendizaje y la tolerancia del prójimo".
El galardón de Medicina recayó en Steven Stack, de la Universidad de Wayne, por su estudio sobre la música country y el suicidio. El doctor Stack, miembro de la Asociación Americana de la Suicidiología, no ha estudiado, que se sepa, el efecto de las habaneras.
En Salud Pública se premió a Jillian Clarke, de la Escuela de Chicago de Ciencias Agrícolas, por investigar la validez de la Regla de los Cinco (si es seguro comerse algo caído al suelo antes de que pase un tiempo). Según el investigador, en tiempos de Gengis Khan, la regla era de 12 horas.
Los premios en ocasiones son una ácida crítica social al mundo científico y tecnológico. Por ejemplo, este año, el premio de Ingeniería ha recaído en Donald J. Smith y su padre, Frank, de Florida, que en 1975 patentó el "método de peinado para ocultar parcialmente la calvicie". Brevemente, el método consiste en dejar que los pocos pelos crezcan cuatro o cinco centímetros y entonces doblarlos tres veces. Smith coge el testigo del australiano John Keogh, que en 2001 consiguió patentar la rueda.
Tampoco le falta guasa al Ig Químico para la Coca-Cola de Gran Bretaña, "por emplear tecnología avanzada para convertir líquido del Támesis, en Dasani, una transparente forma de agua que por precaución ha sido retirada del consumo". El pasado año, el premio fue para Yukio Hirose, por estudiar una estatua de su pueblo que no atrae a las palomas.
En los 14 años de premios, los Ig no han distinguido con asiduidad los avances informáticas, excepto en 2000, con el revolucionario PawSense, un programa de Chris Niswander que detecta cuando un gato camina por el ordenador y automáticamente bloquea las tecleas y lanza un maullido para asustar al minino.
IG NOBEL: www.improbable.com NOBEL: nobelprize.org
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