_
_
_
_
Crítica:CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Miles de notas

Los Siglos de Oro es un ciclo que si no existiera habría que inventar. Nueve temporadas lleva ya buscando en archivos y bibliotecas para darnos mucha música española desconocida hasta ahora. Le ha tocado el turno esta vez a unos cuantos compositores románticos -con la feliz inclusión de un par de sonatas de Domenico Scarlatti en arreglo de Enrique Granados- que trabajaron en el tiempo de Isabel II, incluso directamente para una soberana a la que, quién lo diría, además de otras cosas le gustaba tocar el piano.

La calidad de sus obras, tomadas aisladamente, no es muy elevada pero, en el contexto en el que surgen -la exaltación del virtuosismo exasperado y la múltiple funcionalidad de la música de salón-, se sitúan a la misma altura de muchas de sus coetáneas escritas por Europa adelante con la misma finalidad de animar conversaciones o de arrebatar audiencias. En las destinadas al salón -las de Colomer y Tintorer-, la banalidad les llega de su propia inspiración, de lo blando de su propuesta. En las escritas para uso de los grandes pianistas de la época se advierte ese exceso de notas que parece demasiado esfuerzo para lo que queda en el alma -muy poquito- después de los aplausos. Así en la obra de Zabalza o en las paráfrasis sobre óperas -Macbeth de Verdi y Fausto de Gounod- de Sánchez Allu y Juan Bautista Pujol. Habrá quien diga que eso es lo que hizo Liszt más de una vez. Hombre, pues sí, pero con más glamour. También hubo en lo escuchado el sábado muestras inefables de una tercera variante, la nacionalista, en los Caprichos para piano a cuatro manos de Pedro Albéniz, cuya reminiscencia popular -con el tiempo convertida en tópico más amable que acartonado- mueve en más de una ocasión a la sonrisa. Pero todo tuvo el interés de la recuperación, de lo que para ser juzgado ha de ser oído.

Los Siglos de Oro

Edoardo Torbianelli y Tsunako Saito, piano. Obras de Scarlatti, Guelbenzu, Zabalza, Sánchez Allu, Pedro Albéniz, Herz, Colomer, Tintorer, Pujol y Ocón. Escuela Superior de Canto. Madrid, 9 de octubre.

Seriedad

El planteamiento del recital fue de una seriedad fuera de duda, en buena medida porque el italiano Edoardo Torbianelli -al que se unió en los citados Caprichos la japonesa Tsunako Saito- es un pianista de muchos quilates, desde luego de esos que parecen tener más de cinco dedos en cada mano pero, además, de una musicalidad sin tacha. Para añadir autenticidad a la sesión se utilizó un piano Steinway construido en 1875 y perteneciente a la colección de la Fundación Hazen Hosseschrueders. No sé cuantas veces en su vida tocará Torbianelli estas piezas, seguramente las mismas que el público las escuchará, es decir, poquísimas. Pues bien, a pesar de eso las tocó de memoria, lo que demuestra, además de una cabeza privilegiada, un amor por lo hispano como para darle una medalla.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_