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EL FUTURO DEL PARTIDO POPULAR
Columna
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¿Monsieur Alberto Sarkozy?

Una silla en la reunión semanal de maitines, el sancta-santorum de Mariano Rajoy, ¿bien valía, como París, una buena misa? Rajoy, a juzgar por sus explicaciones a Lorenzo Milá, la noche del miércoles 6, pensaba que sí. Pero el alcalde de Madrid ya estaba en una nueva operación, la de exhibir que desafía el plan de Esperanza Aguirre para controlar Madrid. Lo cortés, pues, no quita lo valiente. Aún a riesgo de dar una patada a Rajoy en el trasero de Aguirre, el alcalde calculó que para hacer ruido era mejor con el congreso del PP todavía caliente.

Ese miércoles por la noche, mientras Rajoy explicaba sus planes en la pequeña pantalla, la presidenta de la Comunidad de Madrid marchaba al restaurante Asador Frontón, el tercer local de esta firma en la madrileña calle de Montalbán. Se necesitaría al Dashiell Hammet de La llave de cristal para narrar la llegada de coches oficiales y el ambiente general. No fue la única cena cruda y descarnada entre ellos. Pero, según algunos comensales que abrevaron por allí, nada tenía que envidiar, ni en dureza ni en cinismo, a algunas escenas de ficción narradas por Hammett.

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Ruiz-Gallardón, que desciende de una hermana de Isaac Albéniz, es primo de Cecilia Ciganer- Albéniz, la esposa de Nicholas Sarkozy, el ministro de Economía francés. Sarkozy quiere ser el próximo presidente de Francia por el partido Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido que domina el actual presidente de la República, Jacques Chirac. Chirac no sabe si se va a presentar o no, pero ahora tieneun competidor interno.

Para vencer uno de los obstáculos que el propio Chirac había elevado ante sus planes, Sarkozy ha aceptado dejar el Gobierno francés en noviembre a fin de hacerse con el timón del partido.

El paralelismo es evidente. Ruiz-Gallardón se presenta a sí mismo como el político más centrista del PP. "Nos quiere hacer creer que todos somos unos fachas, menos él", dice un político popular. Ruiz-Gallardón, si Rajoy no es el candidato, busca serlo él.

Las apuestas: Monsieur Alberto Sarkozy sólo quiere armar ruido y sacar algún dividendo de cara al medio plazo.

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