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Maragall anuncia que la alternativa al IV cinturón de Barcelona será el metro regional y el ferrocarril

Enric Company

El Gobierno catalán ha renunciado a completar el trazado del IV cinturón de ronda de Barcelona más allá de Terrassa, también denominado B-40. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, afirmó ayer en el Parlament que se ejecutará el tramo Abrera-Terrassa, cuyo proyecto constructivo ya se está finalizando, pero a partir de esta ciudad se opta por "mejorar la eficiencia y efectividad de la red de carreteras existentes". Y, a más largo plazo, por fomentar el ferrocarril.

Con esta decisión, expuesta por Maragall en respuesta a una pregunta formulada por el líder de la oposición, Artur Mas, en la sesión de control parlamentario, se cierra uno de los interrogantes que quedaron abiertos en el programa de Gobierno firmado por el PSC, ERC e ICV. Los socialistas eran partidarios de continuar el IV cinturón más allá de Terrassa, mientras que los republicanos y los ecologistas se oponían a ello.

Maragall explicó que el Gobierno ha decidido que para unir Terrassa y Sabadell con Granollers "hay que buscar fórmulas distintas y alternativas mediante vías más urbanas o mejorando la red comarcal de carreteras". El Gobierno de la Generalitat, dijo el presidente, "está de acuerdo en no hacer más carreteras" si puede resolver de otra forma los problemas de movilidad.

Lo que se impulsará, además de la mejora de la red comarcal de carreteras, es, agregó, la creación de la red de metro regional que conecte el área metropolitana de Barcelona con el futuro eje ferroviario transversal y la línea férrea orbital Mataró-Vilanova. Esta línea orbital y la entrada en funcionamiento de la línea Mollet-El Papiol "son opciones prioritarias del Gobierno".

Esta decisión del Ejecutivo fue acogida por CiU como un grave error. Mas advirtió a Maragall que si finalmente el IV cinturón no se completa "la culpa será suya y el perjudicado será Cataluña". A esta advertencia, el portavoz del grupo parlamentario de CiU, Felip Puig, añadió que el Gobierno tripartito de la izquierda catalana, presidido por Maragall, "ha entregado la capitalidad económica de Cataluña y el modelo de infraestructuras a Madrid".

El desenlace del debate sobre este punto que han mantenido durante meses los tres partidos del Ejecutivo catalán pone de relieve que el PSC está "inhabilitado para ejercer el liderazgo del país", dijo Puig. Agregó que Maragall "es un presidente débil y Esquerra e Iniciativa Verds están forzando la parálisis del país".

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En cambio, los diputados Xavier Vendrell, de ERC, y Joan Boada, de ICV, expresaron su satisfacción porque se han atendido los criterios de respeto al medio ambiente que estaban en el origen de la oposición a la continuación de la B-40.

CiU se dispone ahora a recurrir a la movilización de los agentes económicos para presionar en favor de la continuación del IV cinturón.

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