Cuidar las rosas, olvidar las balas
Cuando en el futuro se escriba la historia de las editoriales españolas, Renacimiento ocupará un lugar de honor en el apartado dedicado al final del siglo XX e inicio del siglo XXI. La labor de esta editorial sevillana es formidable. Baste citar su apoyo a la poesía española, su recuperación de clásicos imprescindibles de la literatura mundial, su firme vocación por traer a la luz la literatura del exilio español... Es, precisamente, el último aspecto citado el que traza un nuevo jalón en la historia de Renacimiento con la edición de Corazón sin descanso, que reúne la poesía de Antonio Aparicio (Sevilla, 1916-Caracas, 2000).
La colección Biblioteca del Exilio continúa en su 18º volumen con una labor sobresaliente. Aparicio se une, así, a una lista iniciada con autores como Juan Rejano, Juan Chabás, Esteban Salazar Chapela, Eugenio F. Granell, José Herrera Petere, Luis Cernuda, Paulino Masip, María Teresa León, Lino Novás Calvo y Ramón J. Sender, entre otros. Y en preparación están las obras de otros escritores exiliados, como Manuel Andújar, José Ramón Arana, César Arconada, Arturo Barea, José Bergamín, Eduardo Blanco-Amor, Pere Calders, Manuel Chaves Nogales, Corpus Barga, Juan Larrea, Carles Riba, María Zambrano, Benjamín Jarnés y Juan Gil-Albert, entre otros.
CORAZÓN SIN DESCANSO
Antonio Aparicio
Editorial Renacimiento
408 páginas. 18 euros
Las obras de Aparicio se habían agotado hace tiempo. La dispersión y la dificultad de localizarlas han hecho que esta edición de más de 400 páginas suponga un primer camino para la lectura global de una poesía que merece ser conocida. Aparicio pertenece por nacimiento, amistades y vínculos literarios a la Generación del 36. Nació y vivió parte de su juventud en Sevilla. La Guerra Civil le sorprendió en Madrid. El exilio le llevó a Caracas. Luego, vivió en España entre 1963 y 1968. No se sintió a gusto en la España gobernada por Franco. No en vano había escrito: "Y entrará toda España en nueva vida / para poder de nuevo en su ribera / cuidar las rosas, olvidar las balas". Aparicio regresó a Caracas, donde murió. La edición de estas poesías reunidas ha estado a cargo de Sol Aparicio de Léger y José María Barrera.
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