La cosa está que arde en el Palau
La cosa está que arde en el Palau El Barcelona gana con apuros al Breogán, evidencia que su plantilla es corta y nota la crisis directiva
El Barcelona lo está ganando todo hasta ahora, en la Supercopa, en la Liga Catalana y también ayer en su estreno en la Liga ACB. Y sin embargo, algo no marcha. El ambiente en el Palau Blaugrana es enrarecido. El equipo de Joan Montes sufrió de lo lindo para superar al Leche Río Breogán. Lo consiguió gracias al arreón en el último cuarto propiciado por la buena mano de Drejer, la magnificencia de Dueñas y la excelente defensa sobre el líder del Breogán, el alero estadounidense Charlie Bell. Ni siquiera el triunfo sirvió para desvanecer la dosis de insatisfacción que pesó en el ambiente. Varias razones motivaron la desazón. No se registró una buena entrada. No estuvieron presentes en el primer partido de Liga ni el presidente del club, Joan Laporta, ni el máximo responsable de las secciones, Josep Maria Bartomeu. Quedó sólo ante el peligro el director general de las secciones, Valero Rivera, a quien se culpa de que Pesic tuviera que hacer las maletas, y contra quien se dirigieron las protestas del público cuando las cosas peor se ponían en la cancha. Era cuando el Breogán, a unos segundos para el final del tercer cuarto, se situó por delante 64-65.
BARCELONA 96 - BREOGÁN 88
Barcelona: Ilievski (11), Fucka (10), Bodiroga (19), Navarro (15), Dueñas (11); Trias (4), Drejer (17), De la Fuente (9), Espuña (0).
Leche Río Breogán: Alzamora (2), Ostojic (14), Petrovic (10), Javi Rodríguez (4), Bell (33); Carraretto (3), Alfonso Reyes (15), González (0) y Gomis (7).
Árbitros: Sancha, Pérez y Sacristán. Excluyeron por cinco faltas personales a Djuro Ostojic.
Palau Blaugrana. Unos 4.056 espectadores.
4º CUARTO
3º CUARTO
2º CUARTO
1º CUARTO
23-19
24-25
20-21
29-23
El público hizo notar su malestar y pitó en contra del director general, Valero Rivera
Pero el Barcelona consiguió remontar. El equipo azulgrana mantiene la valiosa virtud de darle un par de vueltas de rosca a su rendimiento en el tramo decisivo del partido, cuando su rival acostumbra a ir al máximo, sin capacidad de meter más leña en el horno. Fue así como logró superar ese delicado momento ante el equipo gallego, muy reforzado y muy decidido a subirse esta temporada al vagón de los grandes.
Cuenta para ello su entrenador, el ex seleccionador Moncho López, con un arma letal. No es otro que Charlie Bell, máximo anotador de la Liga italiana la pasada temporada. Bell le hizo ayer un traje al Barcelona: 33 puntos le endilgó. Pero al igual que su equipo, el estadounidense acabó rendido ante Dueñas. El pívot azulgrana es un bastión que obliga a recular a los rivales. Eso hizo el Breogán. A pesar de que capturó más rebotes el equipo gallego (37 capturas frente a las 27 del Barça), desperdició casi toda su munición a base de lanzar de tres. 26 veces lo intentó desde más allá de la línea de 6,25 metros y sólo nueve veces acertó. Pagó muy caro tal despilfarro, así como la bajada de revoluciones del juego de Bell en el último cuarto. Mucho tuvo que ver en ello Rodrigo De la Fuente, que lo sometió a un marcaje asfixiante. Drejer anotó 10 de sus 17 puntos en ese último cuarto. El Barcelona adquirió una renta de 10 puntos. La dilapidó en buena parte después de que los árbitros le señalaran una falta técnica a Fucka y de que el Breogán obtuviera siete puntos consecutivos. El marcador se estrechó (89-86), pero entonces la infalibilidad desde la línea de tiros libres de Bodiroga y Navarro zanjó el asunto. El Breogán notó su dependencia de Bell, que realizó una serie de 5 de 9 canastas de dos, 7 de 17 de tres y 2 de 4 de tiros libres. En cambio, la efectividad el Barcelona desde larga distancia -8 triples en 11 lanzamientos- resultó decisiva.
El Barcelona tuvo que alinear a un jugador júnior, Ramon Espuña, dada las ausencias de Grimau y de Marc Gasol. El pívot tendrá que estar alejado de las pistas durante unos dos meses. De manera que Joan Montes hizo hincapié en la necesidad de realizar algún fichaje.
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