La crisis atenaza a TVE
El desplome de la audiencia y un colosal endeudamiento sitúan a la televisión pública en su peor momento histórico
Televisión Española atraviesa la peor crisis de su historia. Los espectadores le dan la espalda, las previsiones publicitarias se hunden, los trabajadores amenazan con movilizaciones y la deuda alcanza niveles astronómicos. El aspecto más visible de esta recesión es el desplome de la audiencia, que el pasado septiembre se ha situado en mínimos históricos.
Las dos cadenas suman el 26,3%, una cifra que pone en peligro la recaudación publicitaria prevista para el próximo año (786 millones). Ya se sabe que el precio de los anuncios es proporcional a la audiencia del programa en el que van insertados.
Ningún inicio de temporada había sido tan negativo para la cadena estatal. TVE-1 ha obtenido el 19,5% de cuota de pantalla y La 2 se ha quedado con el 6,8%. En este último caso, la bajada respecto a agosto (10,1%) obedece al fin de los Juegos Olímpicos, aunque la cadena pública contó con la exclusiva de la Vuelta a España, que ni siquiera aparece entre las 50 emisiones más vistas.
A lo largo de los nueve primeros meses del año, La Primera ha perdido casi cuatro puntos y La 2 ha ganado medio. La directora general, Carmen Caffarel, no pierde el optimismo. "Estamos empeñados", dijo esta semana en el Congreso, "en que la televisión pública apueste con firmeza por la calidad y por ganar nuevos públicos. También por elevar su cuota de pantalla con vocación de liderazgo".
En términos de audiencia, a TVE sólo le ha funcionado el fútbol europeo (Bayer Leverkusen-
Real Madrid y Barcelona-Shakhtar Donetsk encabezan la clasificación)
y Ana y los 7. Entre las emisiones más vistas se cuela la telecomedia protagonizada por Ana García Obregón, aunque no aparece ni una sola edición del Telediario, una de las grandes apuestas del equipo liderado por Caffarel. Pese a todo, los noticiarios se imponen a los de la competencia, con una media de 2.922.000 espectadores (23,8%) para el Telediario 1 y 2.741.000 (24,8%) para la segunda edición.
Caffarel mantiene que buena parte de la responsabilidad de la actual situación hay que atribuírsela a la herencia recibida, es decir, a los cinco equipos del PP que dirigieron el Ente Público desde 1996. De aquel año, cuando La Primera registró el 26,9%, a hoy, la audiencia ha mermado siete puntos y medio. Y desde que la directora general tomó las riendas, el pasado abril, ha ido en continuo descenso. "Está en caída libre", comenta uno de los representantes del PP en el Consejo de Administración de RTVE.
En este tiempo, los gustos del público han cambiado. Ahora lo que triunfa son las series domésticas (7 vidas, Hospital Central, El inquilino, Aquí no hay quien viva), la telerrealidad (Gran Hermano, La granja) y los cotilleos (Salsa rosa, ¿Dónde estás, corazón?). TVE se impone actualmente en el tramo matinal y de madrugada, franjas de un menor consumo televisivo, y atrae al público de más edad y ubicado en zonas rurales. Este perfil es, precisamente, uno de los menos codiciados por los anunciantes.
Aunque algunas ofertas del nuevo equipo están por llegar, Caffarel romperá hábitos televisivos. Por ejemplo, la cita que desde 1995, y casi sin interrupción, han tenido los cinéfilos los lunes en La 2. A partir de la semana entrante, Qué grande es el cine pasará a los miércoles.
Además del batacazo de audiencia, RTVE tiene abierto el frente sindical. UGT ha pedido la dimisión de Caffarel ante el avance imparable de la crisis laboral, de audiencias y de modelo financiero. El Gobierno se escuda en el denominado comité de sabios, un grupo de expertos que está elaborando la reforma de los medios de titularidad estatal, para dilatar la agonía de RTVE. Este comité está encargado de definir el régimen jurídico, la programación y la financiación de una televisión pública que sobrevive año tras año gracias al endeudamiento, una fórmula única en Europa.
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