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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

El peso del déficit público

Portugal busca su crecimiento sin romper el Pacto de Estabilidad

La economía portuguesa ha crecido un 1,3% en el segundo trimestre del año, el más alto índice desde mediados de 2002. Este dato pone a sus autoridades en la encrucijada de apurar el repunte o restringir un gasto público, que evite incumplir nuevamente el Pacto de Estabilidad de la UE. Según la OCDE, el desequilibrio fiscal luso llegará al 3,8% del PIB en 2004.

El Gobierno ha elevado sus previsiones de déficit fiscal para este año desde el 2,8% al 2,94% del PIB, una cifra que no es creíble para la UE

Portugal está creciendo más que la Unión Europea. En el segundo trimestre su PIB se incrementó un 1,3%, tras un alza del 0,9% en los primeros tres meses del año. Estos números son los más altos desde 2002, aunque, según el propio Gobierno de Santana Lopes, deben ser tomados con cautela, ya que se encuentran "contaminados" por el tirón del consumo registrado durante la Eurocopa de fútbol, que se jugó en tierras lusas en junio pasado.

No obstante, los analistas concuerdan que Portugal comienza a dejar atrás una larga crisis que se arrastra desde la década pasada y que mostró su cara más amarga en 2003, cuando el PIB portugués se contrajo un 1,3%, el peor dato en diez años. Este despegue ha sido posible gracias al crecimiento sostenido de la demanda interna, especialmente de parte del consumo de los hogares, y el aumento de la inversión pública.

Inversión estatal

Precisamente este aumento de la inversión estatal, que ya supone el 22% del PIB portugués, se está transformando en uno de los dolores de cabeza de la Administración. Por un lado, sin el crecimiento del gasto fiscal se hace insostenible el despegue económico, pero al mismo tiempo esto significa acercar peligrosamente el déficit público al 3% que impone la UE como límite para no incumplir el Pacto de Estabilidad.

El Gobierno ha elevado sus previsiones de déficit fiscal para este año desde el 2,8% al 2,94% del PIB, una cifra que no es creíble para la UE ni para los mercados. La OCDE manifestó en un reciente informe que si Portugal no frena su gasto, será imposible mantener el déficit bajo el 3%. Esta entidad pronosticó un desequilibrio del 3,8% para este año y del 3,2% para 2005. El PIB portugués ronda los 123.000 millones de dólares.

En 2001, Portugal fue el primer país que excedió el límite impuesto por Bruselas, registrando un déficit del 4,4% de su PIB y una deuda pública del 60%. Tras el toque de atención de la UE, el ministro de Finanzas de esa época, Manuel Ferreira, logró bajar del 3% el desequilibrio gracias una combinación de venta de reservas, medidas para combatir la evasión fiscal y una reducción del gasto. No obstante, estas medidas frenaron el crecimiento, ya que estancaron la demanda interna, aumentaron el paro y restringieron los ingresos de las familias. Esto, sumado a la apreciación de euro, un aumento de la inflación vía redondeo y la escasa demanda exterior, generaron que las empresas entraran en un proceso de reducción de inversiones.

Reforma fiscal

Consciente de esta situación, el nuevo responsable de Finanzas, Antonio Bagao, ha dicho que el país "no se obsesionará con cumplir los criterios del déficit", aunque ha sido ambiguo al señalar que "es un buen momento para reconciliar la idea de tener las finanzas bajo control con el crecimiento económico". Por lo pronto, ha decidido poner en marcha una reforma fiscal que elimina los impuestos a los fondos de pensiones y congelar en un 25% los tributos a las empresas.

El problema es que Portugal no cuenta con demasiado margen de maniobra. Con la entrada de los nuevos países de Europa del Este en la UE, la economía lusa ha perdido su gran ventaja competitiva en relación al resto de sus vecinos: la mano de obra más barata de la región, casi diez puntos porcentuales por debajo de la media europea.

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