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Convergència deja en manos de su directiva la decisión sobre la Constitución europea

CDC votará a favor si el catalán es lengua oficial y Cataluña está representada en la UE

Un congreso de seis horas consecutivas de intensas y acaloradas discusiones sirvió ayer para que Convergència Democràtica (CDC) diera un giro a sus posiciones iniciales sobre la Constitución europea. Pero un giro de 360 grados. CDC está donde estaba hace un mes, cuando la ejecutiva del partido supeditó el apoyo al tratado constitucional al reconocimiento institucional y lingüístico de Cataluña en la Unión Europea. La dirección determinará en enero si se han cumplido estos dos requisitos. De lo contrario, CDC rechazará el tratado y recomendará el no, la abstención o el voto en blanco.

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Previendo tan singular resultado, más de la mitad de los delegados convocados -un millar- optaron por quedarse en casa, la mayoría de ellos partidarios del a la Constitución europea y sabedores de su desventaja. El resultado de las votaciones no deja lugar a dudas sobre la posición mayoritaria entre las bases: 604 votos a favor de la ponencia, 31 en contra y 67 en blanco. Entre estos últimos, el del eurodiputado Ignasi Guardans, el único miembro de la ejecutiva que discrepó de la línea oficial.

La resolución de ayer es la misma que adoptó la ejecutiva hace un mes por unanimidad: presionar al Gobierno para que, antes del referéndum de finales de febrero, consiga que el catalán sea lengua oficial en Europa y que Cataluña pueda estar presente en los organismos comunitarios.

El texto de la ponencia es mucho más crítico con la Constitución europea que el inicial, pero las dos condiciones se mantienen inalterables. Si en el congreso ordinario de julio la dirección tenía perdido el , ahora tiene en sus manos la decisión final.

Un consejo nacional -máximo órgano de decisión entre congresos- dictaminará en enero si se han cumplido estas dos peticiones o existe un compromiso firme del Gobierno socialista. Y si todo depende de la voluntad gubernamental, en principio, Convergència no lo tendrá difícil. El Ejecutivo ya ha pedido la modificación del reglamento de usos lingüísticos para incluir el catalán, el euskera y el gallego (más el valenciano, a lo que se opone CDC) entre las lenguas del tratado y, próximamente, elaborará un reglamento para que las autonomías puedan incorporarse a la delegación española ante la Unión Europea.

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El resto de las premisas que figuran en el texto a modo de preámbulo son más factibles. El proyecto de nuevo Estatuto ya fija que Cataluña será circunscripción electoral en las elecciones al Parlamento Europeo. Y sobre el acceso de la Generalitat catalana al Tribunal de Justicia Europeo, la ponencia precisa que puede canalizarse a través del Estado.

Campaña activa

Los compromisarios sólo arrancaron de la dirección la obligación de hacer campaña activa, sea cual sea el voto definitivo, e incorporar el término "rechazo" a la Constitución si no se obtienen las demandas de Convergència. Gracias a estos cambios, las enmiendas partidarias del no radical fueron retiradas.

La ambigüedad con que la ejecutiva aprobó en su día la ponencia, se mantiene en el texto aprobado ayer. Si triunfa el sí, Convergència hará campaña en este sentido, al igual que sus socios de Unió Democràtica. Pero si la dirección se inclina por "rechazar" la Constitución europea, el abanico de posibilidades es más amplio.

El secretario general de CDC, Artur Mas, se esforzó ante la prensa por arrojar un poco de luz: "En este caso la campaña incluirá el no, pero también hay otras formas de rechazar el tratado constitucional, como por ejemplo el voto en blanco o la abstención". Un periodista le preguntó si lo que quería decir era un "no al ". Todo un ejercicio de funambulismo, cuando el propio Mas en su discurso inicial había pedido a los delegados que fijaran "claramente y no de manera ambigua" lo que hará Convergència en el referéndum.

Pero ayer, ni Artur Mas ni Jordi Pujol revelaron el sentido de su voto en el referéndum y su opinión sobre la Constitución europea, al contrario de lo que ha hecho el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, favorable al sí. Ambos, en sus discursos ante el congreso, subrayaron la trayectoria europeísta de Convergència y defendieron la legitimidad de cualquier opinión sobre este asunto en el seno del partido, pero "sin acaloramientos". El ex presidente de la Generalitat criticó la, en su opinión, "imprudencia de algunos Gobiernos" por su decisión de convocar referéndum sobre el tratado.

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