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DE COPAS | DÍAS DE OCIO

Urban Cowboy, un lugar para beber y no fumar

Lugar insólito en Madrid donde se expresa claramente que no se puede fumar en su interior. Insólito, por tratarse de un bar de copas y musical, algo que siempre ha ido unido al hábito del consumo de tabaco. Urban Cowboy, erigido junto a la flamenca Casa Patas en lo que hasta hace no mucho era una tienda de calzado, tiene todos los complementos que harían pensar en un bar donde se acude al final del día para echarse unos pitillos, entre tragos, charlas y buena música de los setenta. Error.

No se priva de los ceniceros, pero en su fondo se ve la señal -como si fuera una de tráfico- que tacha el cigarro encendido, el mismo anagrama que llevan los camareros en su camiseta.

Pero nadie se llama a engaño, en su puerta anuncian bien que se trata de un local sin humos. Hasta en pandillas donde a veces hay algún consumidor de la sustancia enemiga, han de salir a la calle los que deseen echar unas caladas. Su decoración es obra de su inspirador, un empresario muy simpático pero tremendamente intransigente con el tabaco que, harto de que en Madrid todo el mundo le ahumara en cualquier garito, decidió abrir el suyo sin esas molestias.

Decorado en tonos oscuros con estética de antro rockero, mucho reciclado de contenedor y curiosas piezas auténticas que van desde la señal de una parada de autobús londinense a un surtidor antiguo de gasolina. Tiene dos plantas y también sirve comida rápida, pero ecológica. Un reducido escenario dentro de la barra principal, promete inminentes actuaciones acústicas, claro, sin humo.

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