La policía detiene a un delincuente al que querían linchar los vecinos
La policía detuvo ayer en su casa de Barcelona a un joven que se había encerrado para evitar que los vecinos de su barrio lo lincharan. Jonathan Llorens Aznar, de 20 años y con numerosos antecedentes policiales, había conseguido alcanzar su domicilio a las 17.30 del miércoles, perseguido por agentes de la Guardia Urbana por conducir temerariamente con una motocicleta frente a un colegio. El joven permaneció encerrado en su casa hasta las 16.00 de ayer, cuando la policía consiguió la orden judicial para entrar en el domicilio.
Los agentes también detuvieron a Vicente del O. M., y a Omar I. B, ambos de 18 años, por un delito de detención ilegal: la policía había encontrado a un menor de 14 años amordazado y atado dentro de un armario de la cocina, que tuvo que ser conducido en ambulancia a un centro asistencial.
Durante la espera, los agentes del orden habían hecho guardia frente a la puerta de la casa, en el número 11 de la calle de Quito del barrio de Baró de Viver, para evitar que unas 200 personas lo lincharan. El detenido acumula diez detenciones por robos, lesiones y sustracción de vehículos, así como tres reclamaciones judiciales en vigor.
Latas con orines
Mientras permaneció encerrado, Jonathan se asomó varias veces al balcón para increpar a los vecinos, mostrarles sus dedos corazón y tirarles varios botes de cristal -uno con orines-, macetas, latas de refresco y "todo lo que encontraba", aclara un testigo. Los vecinos pidieron ayer en una protesta su marcha del barrio.
La multitud congregada ayer aseguraba que llevan años soportando continuos episodios de violencia gratuita. Le acusan de circular de forma temeraria a cualquier hora del día por las calles del barrio, siempre con motos robadas. "Más de una vez ha intentado atropellar a ancianos y niños". Según indican los vecinos, también encerraba a ancianos en los ascensores, amenazaba de muerte a niños, orinaba desde la ventana de su casa y tenía atemorizado a todo el barrio. "Es el demonio en persona", resumía una familiar, que señala que ha pasado largas temporadas recluido en reformatorios y que hace poco salió de la cárcel.
En el barrio aún recuerdan a su padre, cinturón negro de kárate y muerto a cuchilladas por un ajuste de cuentas cuando Jonathan era un niño. "Era el que vendía droga en las calles", señalan los vecinos, que no le han olvidado irrumpiendo en las fiestas del barrio al grito de "esto se ha acabado" y blandiendo una enorme hoz, con la que seccionó el brazo a un joven. El ayer detenido vivía solo en su casa, sin luz ni agua por falta de pago, desde que su madre le abandonó para irse a vivir a Huesca. Algunos vecinos que pudieron entrar en su domicilio aseguran que estaba lleno de restos de motocicletas. "Nunca le veíamos con la misma", aseguran.
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