Bush llega al primer debate con una sólida ventaja sobre Kerry en los sondeos
Dos encuestas sitúan al presidente entre seis y ocho puntos por delante de su rival
En vísperas del primer debate presidencial entre George W. Bush y John Kerry, dos sondeos nacionales dan un margen de ventaja al presidente que no es insuperable, pero sí consistente. Kerry ha acortado distancias, pero, a pesar de que el candidato demócrata lleva dos semanas elevando el tono de su mensaje y denunciando el fracaso de las políticas en Irak, todavía una mayoría de estadounidenses considera que Bush está mejor preparado para luchar contra el terrorismo. Aunque la sociedad se siente menos vulnerable, la seguridad sigue siendo la preocupación mayor.
Llegar al primer debate -mañana por la noche (la madrugada del viernes en España), en Miami- en situación de underdog (el que no es favorito) puede tener ventajas para Kerry, porque sabe que necesita atacar y que sus habilidades en el debate ante una gran audiencia que aún le conoce poco pueden conseguir que mejore en los sondeos. Pero también coloca sus expectativas en un punto que no puede defraudar, tiene que ser capaz de definir y aclarar su mensaje.
Bush se aproxima a la cita de Miami confortado por estos sondeos y con mayor aplomo. Juega a ser un sencillo hombre del campo que se engancha con las palabras; pero todos saben que no ha perdido ningún debate. Aun así, su situación dista mucho del optimismo que su equipo trata de propagar, porque la mayoría de los estadounidenses, como demuestran los sondeos, están preocupados por la dirección en la que se mueve en país y por Irak.
En la estrategia de la provocación e insistiendo en la acusación que más daña a Kerry -la de ser un veleta- Bush se permitió ayer bromear: "Ha sido un poco difícil prepararme para el debate, porque Kerry cambia mucho de opinión en cuanto a la guerra antiterrorista (...) Podría pasarse los 90 minutos del debate discutiendo consigo mismo".
Oír la verdad
Kerry, que acababa de acusar al Gobierno de explotar la estrategia del miedo "porque Bush no tiene otra cosa que defender", cortó en seco el peculiar sentido del humor del presidente: "Cuando las vidas de los soldados están en peligro, los norteamericanos no quieren oír chistes ni elaboraciones fantásticas de su presidente, quieren oír la verdad".
En la encuesta de The Washington Post y la cadena de televisión ABC, Bush está a la cabeza de las preferencias de posibles votantes con un 51% frente al 45% de Kerry. Esa diferencia es casi igual entre votantes registrados (51%-44%). Es un margen menor que el que había hace dos semanas, tanto en este sondeo como en el de Gallup para la CNN y USAToday, en el que Bush tiene una ventaja de 8 puntos entre probables votantes y de 11 entre los registrados.
Gallup dice que Bush ofrece más confianza a los electores que Kerry en la lucha contra el terrorismo (61%-34%) y en el manejo de la situación en Irak (55%-41%), aunque la Casa Blanca es claramente vulnerable en este campo, porque el 52% cree que las cosas van mal en Irak.
Pero es Kerry el que más motivos de preocupación puede encontrar en este sondeo (ayer, la coalición demócrata MoveOrg acusó a Gallup de elaborar sus encuestas de manera tendenciosa). La novedad es que por primera vez el presidente es percibido como más capaz (51%-45%) en los temas económicos. Otro mal dato para el demócrata es que, después de la crisis causada por la guerra de Irak, un 52% de los estadounidenses creen que Bush lleva mejor que Kerry (44%) las relaciones con otros países.
Del sondeo de ABC y The Washington Post se deducen líneas similares. El 62% cree que Bush tiene un plan claro para luchar contra el terrorismo, algo que sólo el 36% piensa de Kerry; el 53% está convencido de que el presidente tiene las cosas claras en la lucha contra los insurgentes iraquíes, mientras que el 38% cree eso del demócrata. Si esto es así en la realidad, es desesperante para los demócratas, porque aunque el 49% cree que el país va mal, Kerry no consigue despegarse como alternativa, no transmite la idea de que tiene mejores planes.
Las preferencias de género -un campo en el que los criterios son aún más subjetivos y de percepción- son también preocupantes: los hombres prefieren a Bush (53%-41%), pero las mujeres, a diferencia de lo que ocurría con Bill Clinton y con Al Gore, también, aunque el margen sea mucho más ajustado (49%-46%).
En otra encuesta no electoral pero de interés en esta campaña, hecha por el Consejo de Relaciones Exteriores de Chicago, se afirma que los estadounidenses se sienten "menos vulnerables" tres años después de los atentados del 11-S, pero que las principales preocupaciones en materia de seguridad siguen siendo el terrorismo internacional, las armas químicas y biológicas y los arsenales nucleares en manos de países enemigos. Para el 73%, la lección más importante tras el 11-S es que EE UU tiene que trabajar más estrechamente con otros países.
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