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Reportaje:

Un líder moderado para derrotar a la derecha

José Sócrates, nuevo secretario general del Partido Socialista portugués

Tras dos meses de campaña electoral interna convertida en una especie de exorcismo de fantasmas del pasado, los militantes del Partido Socialista portugués (PS) eligieron, el sábado, ser un partido moderado, capaz de llegar al poder robando votos a la derecha. Dicho con otras palabras: el 79,7% de los socialistas eligieron a José Sócrates, de 47 años, para ser su nuevo líder.

Sócrates, ex ministro de Medio Ambiente y el delfín del también moderado, centrista y muy católico António Guterres, consiguió una victoria aplastante sobre sus adversarios: el poeta Manuel Alegre y el ex alcalde de Lisboa, João Soares. "Los militantes expresaron sin ambigüedad, el camino que desean seguir", destacó Sócrates el sábado, en una corta declaración de victoria. Y el camino es "la izquierda moderna", que dice representar.

Pragmático, frontal y con "algo de mala leche" (según sus amigos), Sócrates está en las antípodas de un líder clásico de la izquierda. No tanto por sus convicciones, como por la forma en que las comunica. Sus adversarios no le soportan la moderación con que siempre matiza sus ideas. Un ejemplo: considera "un error" la presencia de policías portugueses en Irak, pero dice que, ahora, hay que cumplir con los "compromisos internacionales" asumidos. Otro: defiende la despenalización del aborto, pero no reconoce poder al Parlamento para aprobar la ley sin una previa consulta a la población en un referéndum. Y sólo aclaró su opinión sobre Irak y el aborto tras ser presionado por sus adversarios. Para tranquilizar a muchos militantes, fue obligado a incluir en su programa estratégico que no establecerá alianzas con la derecha si llega al Gobierno.

Mário Soares, el padre del PS, le acusó de no ser de izquierda, de ser "un producto mediático" y de "falta de firmeza en sus ideas". Sócrates osó contestar, en una entrevista al semanario Expresso: "Los guardianes del templo de la ortodoxia hacen el papel ridículo de conservadores de un museo que ya nadie visita".

La verdad es que la carrera política de Sócrates empezó en las juventudes del liberal Partido Social Demócrata (PSD), donde pasó un año, entre 1974 y 1975. Sólo se afilió en el PS en 1981, tras terminar ingeniería civil. Empieza ahí su ascensión en el aparato, siempre al lado de António Guterres, que entonces intentaba ganar simpatizantes dentro del partido, pese a la persecución de la familia Soares. Sócrates dio a Guterres su primera victoria interna, al ganar, en 1983, el congreso regional de Castelo Branco, la zona interior del centro de Portugal donde nació y donde vivió hasta llegar al Gobierno, en 1995. Durante todos esos años, como líder local, Sócrates transformó también toda esa región en un feudo socialista.

Elegido diputado en 1988, en los gobiernos de Guterres (1996-2001) fue secretario de Estado y ministro de Medio Ambiente y adjunto del primer ministro. Pese a ser acusado de centrista, sus causas siempre han sido de izquierda. Fue el primer diputado en hablar del sida en el Parlamento, defendió la práctica del nudismo en las playas lusas, apostó por la defensa del consumidor, despenalizó el consumo de drogas y, como ministro, ganó fama de no temer a los poderes económicos y políticos instalados. Sin embargo, fue en los programas de televisión que protagonizaba con el primer ministro, Pedro Santana Lopes, donde consiguió la enorme popularidad que ahora tiene dentro y fuera del PS.

José Sócrates, tras ser elegido líder socialista.
José Sócrates, tras ser elegido líder socialista.AP

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