Velocidad y precisión
Cuando se saca y la bola va a la otra cancha, el aire opone una fuerza de la misma dirección pero en sentido opuesto a su desplazamiento. Es la resistencia aerodinámica. La cantidad de resistencia a su avance depende de la densidad o la presión del aire y de la superficie de contacto. Teniendo en cuenta que el tamaño de la bola siempre es el mismo, la densidad del aire permite que el efecto de la resistencia sea más o menos pronunciado. La densidad disminuye con la altura y por ello, para una misma velocidad de golpeo, la resistencia será mayor en ciudades a nivel del mar, como Barcelona o Sevilla. Ésta es una de la principales razones por la que a Andy Roddick, con un saque que puede sobrepasar los 200 km/h, la bola le corra hasta un 3% o un 4% menos en las pistas a nivel del mar que en las de mayor altitud. Por otro lado, tenistas que a nivel del mar son capaces de golpearla con gran velocidad y precisión se pueden encontrar con que se les vaya fuera en pistas a elevada altitud.
Estas diferencias pueden ser minimizadas en parte utilizando las llamadas bolas para juego en altura. Tienen un 6% más de diámetro que las de baja altura. La razón, como se ha comentado, es porque, a elevada altitud, la densidad del aire es menor, con lo que aumentando ligeramente el diámetro de la bola -y la superficie de contacto con el aire- se compensará el efecto beneficioso que supone jugar en sitios de elevada altura como México. Esto, en principio, permitirá realizar el juego en las mismas condiciones.
Mikel Izquierdo es profesor titular de Biomecánica de la Actividad Física y el Deporte en la Universidad de León.
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