La bailaora María Pagés basa su estreno en el compromiso social

El primer encargo que recibió su compañía se lo hizo la Bienal de Flamenco, en 1990. El espectáculo se llamaba Sol y sombra y, desde entonces, esta bailaora y coreógrafa con brazos de diosa hindú no ha parado de cosechar éxitos. María Pagés estrenará esta noche en el teatro de la Maestranza de Sevilla Canciones antes de una guerra, un montaje en el que se ha implicado con la "cruda realidad".

Para María Pagés, estrenar en la Bienal de Flamenco es algo muy especial, un reencuentro con los inicios de su carrera. La bailaora y coreógrafa, que fue Premio Nacional de Danza en 2002 y acaba de recibir el premio Leonid Massine que concede Italia al mejor espectáculo internacional, ha creado un espectáculo basado en "hermosas y viejas canciones" como Tatuaje, que cantaba Concha Piquer; Nanas de la cebolla, de Joan Manuel Serrat; Duerme negrito, de Atahualpa Yupanqui, o Imagine, de John Lennon. La bailaora sevillana ha dedicado el espectáculo al desaparecido Manuel Vázquez Montalbán por su obra Cancionero general

"Ha llegado el momento de comprometerse. El arte tiene que decir algo. Me preocupa mucho la indiferencia con la que la gente contempla lo que ocurre en Irak y en otros muchos países que sufren guerras", explica María Pagés, quien no estaba en la Bienal desde que en 1998 estrenó La tirana.

"Que nadie piense que se trata de un espectáculo demasiado dramático. Van a encontrarse con un montaje simple, que como todas las cosas simples tiene muchísimo trabajo detrás, en el que se intenta remover emocionalmente la conciencia del espectador e invitarlo a reflexionar, pero de una forma positiva", aclara la artista que tras el estreno en Sevilla iniciará una gira que comenzará el próximo sábado en San Juan de Puerto Rico, para pasar después tres semanas en el teatro Novedades de Barcelona y en diciembre presentarse en el Forum de la danza de Montecarlo. "Cada canción me ha inspirado una coreografía distinta y todas están llenas de evocaciones", concluye.