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Crónica:FÚTBOL | Quinta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Al Barça le basta con media hora

El equipo azulgrana, más práctico y efectivo, golea al Mallorca en un partido comodísimo

Àngels Piñol

Firme como una apisonadora, como una máquina con pocas fisuras, el Barça exhibió otra vez su poder en este inicio de Liga en Son Moix aunque no le bastó para arrebatarle el liderazgo al Valencia, que dispone de mejor coeficiente de goles. Eto'o, en una semana espléndida, marcó goles a pares a su ex equipo. Larsson cumplió con un tanto nada más iniciarse el partido. Catapultado por Ronaldinho, cada vez en mejor estado de forma, el Barça se dedicó en la segunda parte a controlar el partido ante un Mallorca que despertó demasiado tarde. Delibasic agujereó el rondo de los azulgrana y puso la chispa en la grada. Son Moix, que aún no ha visto ganar a su equipo en casa esta temporada, se ilusionó por un momento pero se resignó a su suerte dedicando una estremecedora ovación a Eto'o que, como prometió, no celebró sus goles.

MALLORCA 1 - BARCELONA 3

Mallorca: Moyà; Cortés, Müller, Ballesteros, Poli (Tuni, m. 63); Pereyra (Nadal, m. 74); Marcos Vales (Delibasic, m. 46), Farinós, Arango; Jorge López y Luis García.

Barcelona: Víctor Valdés; Belletti, Puyol, Oleguer, Van Bronckhorst; Xavi, Edmilson (Gerard, m. 46), Deco (Fernando Navarro, m. 74); Larsson, Eto'o (Iniesta, m. 63) y Ronaldinho.

Goles: 0-1. M. 9. Ronaldinho abre para Van Bronckhorst, que centra al segundo palo, donde remata Xavi y Larsson controla el rechace para marcar.

0-2. M. 37. Eto'o transforma un penalti de Ballesteros a Ronaldinho.

0-3. M. 39. Larsson profundiza sobre Eto'o, quien controla el balón, supera la salida del meta con un sombrero y remata a portería vacía.

1-3. M. 77. Delibasic cabecea en el segundo palo un centro prolongado de Luis García.

Árbitro: Iturralde González. Mostró la tarjeta amarilla a Cortés, Farinós, Poli y Edmilson.

Son Moix: 20.000 espectadores. Márquez se lesionó en el calentamiento y fue sustituido por Oleguer.

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Márquez se lesiona en el calentamiento

Posiblemente, fue el partido más plácido jugado hasta ahora por el Barça, que apenas invirtió media hora para resolverlo. Sólo tuvo una laguna que le pudo costar cara, porque en el último cuarto se relajó tanto que pareció echarse una siesta. Pero la diferencia entre los dos equipos es abismal y al Mallorca le alcanzó sólo para marcar el gol del honor. Fueron esos los peores momentos del equipo de Rijkaard, que sabe que tiene una plantilla tan justa, atormetada por las lesiones, que se dedicó a hacer rotaciones. Pero parece que no hay nada que altere a este equipo sólido y compacto como una roca y trufado de talento que tiene por bandera el balón y el juego de posiciones. A diario el Barça pierde un jugador por lesión: ayer le tocó el turno a Márquez, clave en tirar la línea del fuera de juego y en ordenar la defensa, pero el mexicano se rompió en el calentamiento. Fue sustituido por Oleguer, que ya había tenido que acelerar su recuperación. Pero la defensa sólo se resintió en los últimos minutos tras el tirón del Mallorca, que se desprendió de su traje frágil y asustadizo tras la relajación azulgrana.

No importa quién esté en el césped. Un día es el francés Giuly, que lo había jugado todo y ayer descansó en el banquillo, y otro es Larsson, que compartió titularidad por primera vez con Eto'o, que se reencontró con su afición. El Barça derrocha talento y velocidad de cintura para arriba y ayer el sueco marcó en un un plis-plas tras un centro de Gio, que más que un lateral parece un extremo. El partido sirvió para demostrar que el sueco se mueve como un pez en el área pero también quedó claro que a la carrera es como si le sacaran de una pecera. Le costará olvidarlo porque, desesperado, falló por tres veces tres goles ante Moyà, tres remates que parecían goles cantados. No estuvo fino el sueco ante puerta pero entonces apareció Eto'o, al que no le tembló el pulso para sentenciar a su ex equipo. Ballesteros cometió penalti sobre Ronaldinho y el brasileño no lo chutó. Quizá porque ya envió uno fuera en Glasgow. El camerunés puso la pelota en el punto fatídico y marcó. Y, luego, culminó una pequeña obra de arte iniciada por Larsson. Recibió el balón, lo elevó por encima del portero y lo acompañó hasta el fondo de la red.

El Mallorca no había respirado hasta entonces, impávido ante la abrumadora superioridad del Barça. O no pudo o no quiso disputarle el balón a los azulgrana, dirigidos por un espléndido Ronaldinho, que se dio un atracón moviendo al equipo. Los azulgrana se fueron con la goleada al descanso y quisieron después dormir el partido con un inmenso rondo sustentado en los apoyos constante entre Xavi y Deco. Pero tanto sueño acabó por afectarles. Rijkaard pensó en lo que viene y retiró a Eto´o, que se fue con el público puesto en pie, a Edmilson y Deco. El Mallorca reaccionó especialmente por la verticalidad de Delibassic, que no se cansó de buscar en el área de Valdés. Lo probó todo: un remate, un disparo desde fuera del área despejado por el meta azulgrana y otro disparo a bocajarro tras un centro desde la banda. El gol, de cabeza, reactivó al Mallorca y por algunos momentos se paseó el fantasma de tiempos pasados en los que el Barça despilfarraba con una facilidad pasmosa todos sus botines. Pero no fue así: Valdés se la jugó despejando un balón fuera del área a pies del serbio y los azulgrana, con un Ronaldinho ya agotado, aguantaron hasta el final a medio gas y sin apuros para sumar una nueva victoria en su partido menos celestial y más práctico.

Larsson celebra su gol.
Larsson celebra su gol.EFE

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