El control de RTVA

El Gobierno andaluz ha retomado sus funciones tras el verano afrontando con ardor guerrero la autoimpuesta tarea de proporcionar un renovado "impulso democrático" a nuestra autonomía, para cuya consecución han empezado por modificar la ley de Creación de la Radiotelevisión de Andalucía en el sentido de hacer recaer la elección de su director en el Parlamento con el refrendo de las tres quintas partes de sus miembros.

La medida parece, así a bote pronto, ejemplar, y algunos destacados socialistas ya han empezado a sacar pescuezo instando a sus adversarios del PP a implantarla allí donde gobiernen. Se ha presentado como un decidido paso adelante en el perfeccionamiento de la democracia. Pero no es para tanto, como se pone de manifiesto cuando echamos mano de antecedentes y obtenemos un enfoque más preciso de la cuestión: lo que ha hecho el Gobierno socialista es retomar el camino que este mismo Gobierno desanduvo en 1996, cuando recuperó la mayoría parlamentaria tras la legislatura conocida como de la pinza, pero sin atreverse a llegar tan lejos como entonces. Durante dicha legislatura, PP e IU introdujeron una modificación similar, estableciendo el quórum requerido para formalizar el nombramiento en dos terceras partes de los parlamentarios. Una mayoría más cualificada y más democrática que la que ahora se pregona como un logro inaudito del progresismo.

El PSOE andaluz ha maniobrado para conseguir un retroceso en el nivel democrático de la gestión de la RTVA, porque lo que en definitiva parece interesar a nuestro Gobierno es su control y la decisión adoptada sólo es un movimiento mezquinamente calculado para conservarlo (con el apoyo de IU le bastaría para elegir candidato) mientras obtiene una buena rentabilidad en imagen pública. En cualquier caso no deja de ser una iniciativa bienvenida, que los ciudadanos esperamos que se amplíe con otras como el Consejo Audiovisual y cuantas más puedan ser sugeridas al hilo de los dictámenes del Consejo de Sabios.