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Entrevista:FITO CABRALES | Cantante y guitarrista

"Todavía me sigue dando miedo cantar"

Definitivamente, 2004 es el año de la consagración artística de Fito Cabrales (Bilbao, 1966) y sus Fitipaldis. Su tercer disco, Lo más lejos, a tu lado (Dro), lleva 55 semanas instalado en las listas de ventas españolas, ha despachado más de 140.000 ejemplares y justifica una gira de 125 conciertos. El ex Platero y Tú firmó el jueves su último éxito: colgar el cartel de "No hay billetes" en la madrileña plaza de Las Ventas, donde le jalearon 18.000 seguidores. Cinco semanas antes había congregado en Aste Nagusia a más de 65.000 en Zorrozaurre, durante el concierto más multitudinario de cuantos se han celebrado nunca en Euskadi. En total, su gira ha atraído hasta el momento a más de 350.000 personas.

"El mayor premio es el del público, porque nadie obliga a 140.000 tíos a comprar un disco"
"El concierto de la Aste Nagusia creo que es algo irrepetible, te desborda"

Pregunta. En Euskadi nadie ha congregado a tanto público frente a un escenario. ¿Qué siente al escucharlo?

Respuesta. No sé, creo que es algo irrepetible, te desborda. Para mí va a quedar ahí grabado para siempre, es parte de la historia de mi vida, y, hombre, algo de culpa tendré, pero estoy seguro de que tienen más peso las circunstancias que otra cosa. Aunque el que hayamos sido nosotros los que lo hemos vivido, es acojonante. Yo no veía a tanta gente cuando tocaba, pero las fotos son impresionantes, parece Woodstock.

P. ¿Y qué sintió encima del escenario?

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R. No estaba demasiado cómodo. Eran demasiadas sensaciones y quieres estar al tanto de tantas cosas que están pasando... Yo veía todo el rato sirenas. Me quedaba con eso, y luego con la gente. Además, mi aita estaba en el escenario, uno de mis críos estaba debajo, sentado en una silla, y 12 cámaras dando vueltas por ahí. Lo que es disfrutar, no disfruté del concierto, me quedé un poco como de tripi, ¿sabes?, flipado.

P. Ese concierto fue una excepción, porque Fito & Fitipaldis no tocan donde no se cobre entrada. ¿Por qué exigen que la gente pase por taquilla?

R. A mí me gusta tocar en salas en invierno. Y si haces el verano, tocas para ayuntamientos, en fiestas, en plazas o donde haga falta, te va a ver todo el pueblo por la cara. Entonces, has quemado todo, en invierno nadie te va a ver. Si toco gratis en todas las ciudades del mundo, ¿quién me ve luego en una sala? Y yo creo que el circuito del rock and roll son las salas. La excepción de Bilbao fue porque soy de Bilbao y me hizo mucha ilusión que me llamasen para tocar en fiestas.

P. ¿Cree que la organización de la Aste Nagusia debería dejar de gastar millonadas en contratar a viejas glorias e invertirlas en otro tipo de artistas?

R. Creo que todos tenemos lo que merecemos. Entonces, si a un tío le dan 50 millones por tocar, pues viene y toca. Aunque pondría la mano en el fuego porque el artista no se lleva esa cantidad de dinero.

P. ¿En qué cambia su vida el convertirse en superventas?

R. En que no salgo de los hoteles, trabajo más. Y la gente te conoce mucho por ahí, pero no hasta el punto de agobiar, se puede llevar. Algunas veces no te apetece demasiado, pero imagino que también a un barman hay veces que no le apetece demasiado que le pidan un café.

P. ¿Cuál es su secreto para gustar a tanta gente?

R. Ni lo sé, ni lo quiero saber, porque entonces no tendría gracia. Si supiera cómo tiene que ser mi próximo disco para que a la gente le siga gustando, se perdería toda la magia. De repente, algo conecta o no, pero creo que lo mejor es no saberlo; si no, todo el mundo haría bandas con éxito.

P. ¿Qué es eso del método zapping para componer?

R. Una cosa que digo yo para las letras. Cuando me preguntan sobre qué hago una letra, suelo decir que es como la vida, y que la vida es zapping. En un día normal te pasan tantas cosas diferentes en tan poco tiempo, que es zapping. Y en las letras me gusta jugar un poquito con eso; estás hablando de una cosa y, de repente, dices una frase que no tiene nada que ver, porque se te ha ocurrido en ese momento.

P. Le preocupa más cantar bien que lucirse con la guitarra.

R. Sí, porque es más difícil cantar que tocar. Tocar es cuestión de técnica, gusto y tal, pero cantar es también cuestión de ánimo, me cuesta más. Cuando estoy sobre un escenario, la guitarra es como que anda sola y la voz me da miedo, todavía me sigue dando miedo cantar.

P. Aún así, es un enamorado de las guitarras Fender.

R. Sí, son como las cosas más pop que hay en el mundo; no tienen el rollo ese artesanal de Gibson o Rickenbacker. Son cachos así como rojos, azules y amarillos, el mástil está atornillado y luego tienes montón de complementos y chorradas. Parece el catálogo de Reyes de El Corte Inglés. Yo tengo una Stratocaster serie L, otra Mustang serie L y 10 o 12 de los setenta.

P. ¿Qué tomaría prestado de sus guitarristas preferidos?

R. El sonido de Rory Gallagher, la perfección de Paco de Lucía, la expresión de Jimi Hendrix y las frases que hace Clarence Gatemouth Brown.

P. Abarca muchos estilos. ¿No tiene claro qué desea hacer?

R. Cada vez menos. Me gustan muchas cosas. Hombre, sí tengo claro que me interesan las guitarras, que en lo que yo haga tiene que haberlas, porque no concibo hacer canciones sin una guitarra.

P. Como superventas, nadie se extrañaría de que la industria discográfica le premie pronto.

R. El mayor premio que hay es el que da el público, los discos de oro, de platino y todo eso, porque nadie obliga a 140.000 tíos a comprar un disco. Esos son premios reales. Los demás, cuáles hay, ¿premios Honda, Kawasaki? En 17 años tocando nunca me han dado otro, así que no los necesito para seguir tocando.

P. En noviembre sale a la venta, en CD y DVD, el concierto de Botica Vieja. ¿No es pronto para sacar un disco en vivo?

R. Pues sí, para sacar un disco sí, pero para un DVD yo creo que no. Aparte del concierto, hay mucho material en el DVD, y va con CD porque no cuesta nada incluirlo, y así puedes meterlo en el coche.

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