Comienza el juicio por el accidente de autobús en el que murieron 32 personas

Ayer comenzó en el Juzgado Penal número 5 de Zaragoza el juicio por el accidente de autobús de La Muela (Zaragoza) que costó la vida a 32 personas y dejó heridas a otras 20. El siniestro fue el más grave ocurrido en las carreteras aragonesas y uno de los más dramáticos de España.

En el autobús viajaban 52 personas y el conductor, la mayoría jubilados, que realizaban un viaje de placer desde Madrid a Girona. En el alto de La Muela, a 15 kilómetros de Zaragoza y en un día de intensa lluvia -el 19 de septiembre de 1999-, el vehículo volcó y cayó sobre una zanja llena de agua. La mayoría de los fallecidos, 28, murieron ahogados en el momento del siniestro. Desde el principio, la investigación sobre lo ocurrido atribuyó el accidente a un exceso de velocidad del vehículo.

Ayer, el primero en declarar fue el único acusado: el propietario y conductor del autobús, Bernardino Correas, de 60 años, que aseguró que sintió un fuerte viento por la parte trasera del vehículo, similar a un remolino, según su versión. Correas agregó que intentó enderezar la dirección del autobús sin ningún éxito. Como consecuencia del accidente, él salió despedido del vehículo.

La declaración del conductor abrió una vista oral por la que pasaron pocos supervivientes. La mayoría renunciaron a las acciones judiciales al llegar a un acuerdo respecto a las indemnizaciones por los daños que les causaron.

El fiscal solicita para el conductor una pena de tres años de cárcel por 33 delitos de homicidio por imprudencia, otros 20 delitos de lesiones y por una falta de orden público. Y es que el autobús de la compañía Fresbus tenía las dos ruedas traseras en malas condiciones, no había suscrito el seguro de viaje a terceros y viajaba por encima de la velocidad permitida. En el tramo en el que volcó había indicadores que prohibían circular a más de 100 kilómetros por hora. El tacómetro dejó registradas velocidades de 110 kilómetros por hora.

Peligrosidad del tramo

A la vista de ayer no acudieron 25 familias representadas por el letrado José Antonio Sánchez. Han llegado a un acuerdo con el Consorcio de Seguros y no querían revivir los dramáticos momentos del siniestro. Sánchez declaró que deja en manos del fiscal las peticiones de pena. Otros cuatro abogados que defienden a otras tantas familias sí acudieron a la vista. Uno de ellos, Javier Checa, que representaba a una fallecida, llegó a un pacto y declaró que no buscaba la cárcel para el conductor.

El abogado de Correas, Francisco Carrera, basó su defensa en la peligrosidad del tramo de carretera, en el que se habían producido antes otros accidentes, y a la lluvia. Los agentes de la Guardia Civil confirmaron que el tramo era peligroso y que poco después del accidente se modificó porque se le consideró un punto negro. Hoy continúa la vista con la comparecencia de los peritos. El resto de los abogados de la acusación piden hasta siete años para el chófer del autobús.