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Reportaje:

A Ronaldinho le falla el tacto

El futbolista trabaja de forma específica sobre el tobillo lesionado para recuperar su fútbol

Ausente en Santander y contra el Sevilla, Ronaldinho sólo ha jugado dos partidos con el Barcelona, frente al Atlético y en Glasgow, y en ambos fue sustituido cuando el marcador era de empate. El brasileño habilitó a Deco para que marcara el primer gol en campo del Celtic y suya fue la jugada en la que Van Bronckhorst batió a Leo Franco en el Manzanares. A efectos de inventario, sin embargo, consta que falló un penalti en la Champions y que no ha acabado ninguno de los encuentros en que ha competido como azulgrana después de alinearse contra Brasil en los dos primeros choques del curso.

Decisivo en el remonte azulgrana de la pasada temporada, ejercicio en el que fue sustituido en doce ocasiones aunque sólo en una salió contrariado del campo - cuando el Barça fue eliminado de la Copa en Zaragoza-, el brasileño comparte la sensación de que no está en forma por la lesión que sufre en el tobillo izquierdo y consecuentemente se impone una buena recuperación antes que la ansiedad por disputar todos los encuentros como ocurrió en su estreno azulgrana.

Ronaldinho está convencido de que si su juego no es óptimo es porque no está a gusto en el campo. "El jugador está curado", advierte Jordi Ardévol, jefe de los servicios médicos, "pero no se siente cómodo", motivo por el que se ha sometido a un plan especial de acondicionamiento de su tobillo izquierdo para potenciar, equilibrar y mejorar la coordinación en acciones de respuesta explosiva. De alguna manera, el delantero pretende seguir los pasos de la pasada temporada cuando superó una lesión muscular que le apartó cinco semanas del equipo. Entonces precisó de un trabajo especial para recuperar sus prestaciones y se sometió a una tarea específica para la mejora muscular, a fin de aumentar su capacidad explosiva y la carga de resistencia. Ahora, las necesidades son distintas y las perspectivas de éxito "absolutas".

Para empezar, los servicios médicos y técnicos descartan la posibilidad de apartarle de la competición. "Si no le dejamos jugar se volverá loco", reconocen desde el club, porque "el tobillo está bien" y el riesgo de recaída es cero. Ronaldinho puede jugar sin mayor dificultad. El problema es que pueda competir al máximo de sus posibilidades. Aún cuando afirmó que atenderá al calendario -"la próxima vez, antes de jugar con Brasil pensaré más en mi salud"- el jugador ha sido el primero en instar a los médicos a trabajar para solucionar sus inquietudes. Ronaldinho, que siente una gran animadversión a jugar con vendajes compresivos, se ha sometido a sesiones de esfuerzo en el agua, sobre la arena de la playa y practica muchos ejercicios de pelota para recuperar la sensibilidad en el pie y fortalecer la zona para no sentir inseguridad en el tobillo.

"Ronaldinho no tardará en ponerse a tono", responde el vicepresidente Sandro Rosell. "Es cuestión de días". Txiki Begiristain, secretario técnico, añade: "Estará al 100% cuando se olvide del tobillo". La mayoría de sus compañeros coincide: "Incluso al 70% marca diferencias". Ardévol remacha: "Únicamente le falta tacto". "Al trabajo", prosigue el médico, "ha incorporado ejercicios con plataformas vibratorias con impulsos de dos milímetros y de alta incidencia para estimular los puntos nerviosos articulares, y como no es precisamente un tuercebotas, lo nota". Y un fisioterapeuta acaba: "Es como si le hubieran puesto un guisante en un guante". Y Ronaldinho no parará hasta quitárselo para devolver con su magia el cariño que le dispensa la afición.

Ronaldinho, en un entrenamiento del Barça.
Ronaldinho, en un entrenamiento del Barça.RODOLFO MOLINA

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