Eddie Adams, el testigo impertinente

Eddie Adams (New Kensington, Pensilvania, 1933) falleció a los 71 años el pasado domingo. Era el arquetipo del fotoperiodista que marcó una forma singular del registro de imágenes cuyo perfil se correspondía con el del típico artífice de instantáneas que cuentan historias propias incluidas en las buenas ilustraciones de los manuales y en las páginas de los mejores reportajes. En su trayectoria profesional se inspiraron directores de cine y también literatos para trasladar la realidad a la ficción de la pantalla (por ejemplo, el filme El año en que vivimos peligrosamente) o de infinitas novelas y artículos críticos que han tomado sus instantáneas como punto de partida. Pero básicamente es un operario vocacional de la cámara -por cuya instantánea obtuvo el Pulitzer del año 1969- donde explicaba visualmente la ejecución de un prisionero del Vietcong a cielo abierto en una calle de Vietnam realizada por un policía survietnamita (era el jefe de la policía del sur de este país, el general Ngoc Loan) una foto que elevó el sentimiento antibélico sobre todo en sectores universitarios en el área de los Estados Unidos contra la guerra de Vietnam.

Adams tenía una gran influencia de Cartier-Bresson y de toda la generación de retratistas aventureros como fueron Kappa y compañía. Cubrió ampliamente 13 guerras y lo hizo también con el contrapunto amable de la moda, la farándula y el espectáculo. Fue un fotógrafo institucional que retrató a numerosos presidentes y un abanico de personas claves del siglo pasado. Lo hizo desde Richard Nixon hasta George Bush o Deng Xiao Ping, Anuar Sadat, Fidel Castro, Mijaíl Gorbachov, Indira Gandhi o el sah de Irán. Las bases de datos registran en su currículum más de 50 premios de distintas naturalezas y su vida fotográfica siempre estuvo ligada a la agencia internacional de fotografía Associated Press.

Ha muerto en Manhattan a consecuencia de una cascada de complicaciones relacionadas con la esclerosis en las placas sanguíneas. Luchó hasta el último instante como militante activo contra la distrofia muscular y lo hizo en diferentes asociaciones de Estados Unidos. Su testamento fue un vídeo que presentó el actor Jerry Lewis destinado a la recaudación de fondos para la Asociación de la Lucha contra la Distrofia Muscular.

Siempre gustaba de repetir una serie de máximas sobre la filosofía de la fotografía, entre ellas, la más repetida fue la que el explicaba que "no he pretendido salvar al mundo con mi cámara, sino para el diseño y construcción de un relato visual; en definitiva, contar una historia".-