Hacia un nuevo marco educativo
Acabamos de iniciar un curso escolar con ciertas particularidades. Para empezar, es el último de esta legislatura, en lo que a la Comunidad Autónoma Vasca se refiere. Por otra parte, anuncia un proceso transicionario hacia un marco legal con alteraciones sustanciales, por partida doble. Están, por un lado, las correcciones anunciadas por el Gobierno de Madrid a la hasta ahora mal llamada Ley de la Calidad, del PP, más las aportaciones propias que hará el partido actualmente gobernante. Por otro lado está el ya anunciado cambio en el ámbito autonómico vasco administrado desde Gasteiz.
Suenan vientos de cambio, pues, para los próximos años. Nos alegramos de que la Educación adquiera una centralidad incuestionable en las agendas políticas de partidos y gobiernos. El PSOE entró en la Moncloa anunciándolo y antes lo hicieron PSC-PSOE y ERC en una Generalitat multicolor sin precedentes. También aquí los representantes del sector en los partidos y los más destacados responsables de la administración autonómica están al quite. Ojalá la legislatura que se iniciará a partir de mayo próximo le hinque el diente a una situación que exige no ya una adecuación epidérmica, sino una transformación importante.
Nos alegramos de que la Educación adquiera una centralidad incuestionable en las agendas de los partidos
Entiendo que ha quedado obsoleta la estructura organizativa del sistema y un nuevo concepto emerge con pujanza en nuestro escenario educativo: El del servicio educativo público, ligado a la naturaleza y las características del servicio, frente al caduco modelo actual, que pivota sobre la titularidad y el patrimonio, público o privado.
La habilitación del criterio de igualdad de derechos y deberes de los centros sostenidos con fondos públicos, indiferentemente de su titularidad, resulta a mi modo de ver una novedad socialmente más justa. Es así en la medida en que los centros nos comprometamos a cumplir con unos objetivos y una planificación marcados por la Administración educativa y ésta corresponda con una financiación no discriminatoria a los centros adscritos a aquellos, insisto, indiferentemente de su titularidad.
En tal situación, el sujeto del derecho a la educación, por otra parte, el alumno y su familia, cuentan con una opción menos condicionada a la hora de ejercer su libertad de elección del centro educativo. Todo ello en un marco en el que las condiciones infraestructurales de cada modelo escolar se sitúen comparativamente en un plano de leal competencia.
La pluralidad de los modelos educativos, una característica particularmente marcada en la sociedad vasca, resultará, finalmente, mejor garantizada.
La aplicación de la calidad, en esa versión progresista denominada "calidad inclusiva", se encargará de reciclar y poner las cosas en su sitio, en una dinámica de permanente evaluación y mejora, tanto en lo que respecta a la garantía del derecho a la educación como a los procesos educativos.
El hecho de que el partido gobernante haya incorporado estos principios a su reflexión propia y a su capítulo de decisiones sectoriales anuncia un importante trecho ya recorrido en aras a un consenso de futuro. Un marco estatal establecido en función de los principios mencionados no haría más que facilitar la labor en nuestro terreno.
Somos muchos los centros que aquí estamos a la espera de innovadores acontecimientos. Es el caso de las cooperativas de enseñanza, que son objeto de particular tratamiento en los procesos de reflexión del PSOE. "Sólo los gestionados -se refiere a centros concertados- por cooperativas o fundaciones de inspiración progresista podrían caber en el concepto social amplio de escuela pública, diferente del habitual de escuela estatal", señala un documento recientemente debatido en dicho partido y aprobado en sus contenidos fundamentales.
Se da la circunstancia de que esas cooperativas de enseñanza, que tan positivamente parece valorar el PSOE, aquí son ikastolas en su inmensa mayoría. De hecho, actualmente las ikastolas confederadas de toda Euskadi son todas cooperativas, salvo en algún caso residual.
No desconocemos nuestra historia de desencuentros con dicho partido, pero otros indicadores parecen mostrar que nuestras cercanías en el modelo social también existen. Operativizar dichas cercanías facilitaría la apertura de caminos de consenso hasta ahora poco o nada sondeados. Todos sabemos, por otra parte, la importancia de los consensos amplios y la necesidad que de ello tenemos en el país en que vivimos. Si éstos tienen lugar en un sector como el educativo, al que tan sensible es la sociedad, es indudable que el efecto se hará notar de manera general. Creo que simplemente la expectativa ya merece un sincero intento.
Se impone el esfuerzo por compartir espacios de reflexión, por el momento, entre agentes sociales, políticos, sindicales e instituciones del más amplio espectro. Se imponen las estrategias de búsqueda de cercanías, ampliando segmentos escalonadamente hasta abarcar el conjunto del sector. Las ikastolas formamos parte ya de las federaciones de cooperativas, en las que convivimos con otros proyectos escolares, muy distintos al nuestro, pero del mismo modelo societario.
Es necesario que reparemos en que los retos de futuro de cada uno de nosotros están absolutamente condicionados por el modelo de transformación del que podamos dotar al conjunto del sistema educativo.
Las ikastolas no faltaremos a la cita. Nos marcamos ese objetivo públicamente en el primer acto de apertura de curso que hemos celebrado el pasado día 18 de septiembre en el Paraninfo de la Universidad de Deusto y en el que hicimos dos reconocimientos bien significativos. Uno de ellos, a aquellos de nuestros centros, nueve en total, que han superado ya los primeros cuarenta años de su historia. El otro, a los ocho centros que han alcanzado la "Q" de plata a la calidad, lo que nos convierte en el grupo escolar más galardonado en calidad. Creo que, modestamente, nuestro bagaje nos avala para el viaje que proponemos.
Koldo Tellitu, es presidente de Ikastolen Elkartea-PARTAIDE.
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