El mejor Espanyol evoca a Camacho
La última vez que fue líder, en 1995, coincidió con el técnico murciano en el banquillo
Acabada la tercera jornada, el Espanyol es el líder de la Liga, y el calendario invita a la hinchada blanquiazul a soñar con defender tal privilegio con unas ciertas garantías: mañana juega en Getafe, ante el colista, después recibe al Málaga y más tarde viajará a Albacete. Tras dos temporadas practicando el funambulismo, con la amenaza del descenso siempre presente, el equipo se siente por una vez seguro en la máxima categoría. Aunque a los veteranos les suene a maldición, los futbolistas recién llegados hablan de pelear por una clasificación ambiciosa después de haber empatado con el Deportivo, goleado al Betis a domicilio y abatido al Madrid en Montjuïc.
El fútbol tiene precisamente guiños caprichosos. En el estadio olímpico dirigió José Antonio Camacho su último partido como entrenador del Madrid y el Espanyol no era líder del campeonato desde el 2 de octubre de 1995 cuando el técnico blanquiazul era el mismo Camacho, que llegó a sumar cinco triunfos en las primeras cinco jornadas para acabar cuarto en la Liga.
El entrenador españolista es ahora Miguel Ángel Lotina, quien tras ser despedido del Celta la pasada temporada, llegó al Espanyol con una idea clara y basada en sus dos últimas experiencias en el banquillo: "Quiero que mi equipo defienda como lo hacía Osasuna y ataque como el Celta". El 4-2-3-1 que utiliza así lo atestigua: cinco jugadores se quedan por detrás de la pelota y otros cinco se despliegan en ataque. Lotina, por lo demás, no es partidario de las rotaciones en un equipo que no compite en Europa. Los centrales (Pochettino-Lopo) guardan siempre la posición y los laterales (Ibarra-David García) apenas progresan por las bandas. Ito ejerce como pivote defensivo y facilita el repliegue mientras Iván de la Peña, que ha retrasado su posición, lanza al equipo hacia el marco contrario. Los interiores (Maxi y Serrano) se alternan en sus funciones: mientras uno llega a la línea de fondo el otro pisa el área. Dani actúa como segundo delantero y es capaz de jugar tanto de espaldas como de abrirse a las bandas y sacar a los centrales como le hizo a Samuel en el gol de Maxi. El intervencionismo de Dani ha permitido a Tamudo liberarse de la obsesión por el gol. El delantero internacional, cuya asociación con De la Peña permitió al Espanyol asegurarse el curso pasado la permanencia, tiene más libertad y menos responsabilidad.
El presidente, Daniel Sánchez Llibre, resumió el estado de ánimo del club, que hoy celebra junta de accionistas, con una declaración inequívoca: "El año pasado necesitamos 17 jornadas para conseguir ocho puntos; en esta, llevamos siete en tres encuentros. Hay que ir paso a paso, porque puede pasar de todo, pero por una vez nos sentimos felices y tenemos objetivos mayores".
El Espanyol se reforzó con siete fichajes, pero, a excepción de los 18.000 euros que costó Serrano, sólo ha gastado dinero en las fichas; Domi, Amavisca y Dani se incorporaron con la carta de libertad, y Miñambres, Ibarra e Ito actúan como cedidos. Al Espanyol, de momento, le cuadran los números deportivos.
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