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Reportaje:

La 'jet-set' de las cuatro ruedas

Miles de personas se acercaron ayer hasta el parque del Retiro para contemplar más de un centenar de Rolls-Royce

Verdes, negros, grises. Elegantes, refinados. De comienzos del siglo XX, posteriores al periodo de guerras. Y caros, muy caros. Así son los Rolls-Royce, los que están considerados como los mejores coches del mundo. Miles de personas se acercaron ayer hasta el paseo de Carruajes del parque del Retiro para contemplar más de un centenar de estas reliquias mecánicas. El motivo, la 17ª edición del Euro Rally Rolls-Royce y Bentley, que coincide con el primer centenario del Rolls-Royce, y que está patrocinado por la revista Gentleman y por Royal Crown Motors.

"Papá, ¿y por qué no tenemos un coche como éste?", preguntaba una cría que apenas levantaba dos palmos del suelo a su progenitor, paseando entre estos vehículos de lujo a media mañana. "Esto no se vende, ¿a que tú no los ves por la calle?", le respondió el padre, saliendo airoso a la incómoda pregunta. Y es que un coche tan impresionante no pasa inadvertido ni para niños ni para adultos.

Un Silver Ghost negro de 1912 fue premiado por ser el coche más elegante

Un Silver Ghost de 1912, un Phantom II de 1930 o un Silver Dawn de 1955, pasando por ejemplares de última generación como un Phantom. En total, 102 ejemplares, todos ellos, "joyas sobre ruedas", como comentaban sus orgullosos dueños, la mayoría coleccionistas de estos vehículos, y por supuesto, personas muy solventes económicamente.

"El precio de las obras de arte depende del corazón de quien las compra", explica Julio de Santiago, uno de los miembros del jurado de este evento -donde se premió a los vehículos más elegantes- y, además, propietario de "un solo Rolls". "Estos coches no son tan caros como la gente piensa", explica, "puedes conseguir un Silver Shadow de los sesenta por lo que pagas por un buen coche nuevo". Pero no todos los automóviles que se exponían en el Retiro eran tan asequibles, al menos, para gran parte de los asistentes, que contemplaban los vehículos casi con veneración.

Un majestuoso Silver Ghost negro de comienzos del siglo XX que, por ende, resultó galardonado con el premio a la elegancia, fue el centro de atención de la muestra. Su perfecto estado de mantenimiento, ser el más antiguo, y el más representativo, resultó determinante para concederle el reconocimiento.

"En concursos de estas características se prima la pureza, es decir, el grado de conservación del coche; y el estado actual", explica De Santiago. Por este ejemplar, que es uno de los que ha viajado desde Inglaterra con motivo de la edición anual del Euro Rally, se pueden pagar hasta 430.000 euros. Una cifra bastante más elevada que la de un utilario cualquiera.

La joya de las piezas españolas en la exposición fue un Phantom III, de 1936, matriculado en Madrid. A este coche, que siempre ha permanecido en España, le cambiaron la carrocería en Barcelona en los años cincuenta para modernizarlo.

Tener un Rolls-Royce implica, además del ya de por sí elevado precio de compra, un desembolso económico importante. Al coste del garaje donde resguardarlo de las tentaciones de los cacos, estos vehículos consumen mucho, una media de 20 litros de gasolina por cada 100 kilómetros.

"No hay ningún Rolls de gasóleo, que es un combustible más industrial, y no para coches de lujo", afirma De Santiago, quien recuerda que estos automóviles se caracterizan por "la suavidad y el confort". El mantenimiento, según explica este propietario, no supone mucho gasto, eso sí, siempre que se tengan los manuales de fabricación: "La mecánica es muy sencilla", afirma.

Los participantes en esta edición del Euro Rally, que ya se celebró en España en 1998, partieron hace unos días desde Bilbao. Desde allí llegaron los 40 participantes ingleses, y todos juntos han llegado en caravana hasta Madrid para lucir sus "pequeñas joyas", después de pasar por otras ciudades como Salamanca.

El miércoles estos coches habrán dejado atrás Madrid y llegarán a Vizcaya. Sus propietarios almorzarán en una bodega y visitarán una de las mayores colecciones de Rolls-Royce de Europa, formada por 44 piezas, que están expuestas en la Torre de Loizaga, recientemente abierta al público. Luego, sólo quedará el grato recuerdo de caravanas enteras de Rolls por la geografía española, y el deseo de que llegue pronto la próxima cita.

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