El atractivo de las bodas fronterizas
Operaciones como la oferta del SCH sobre Abbey animan el mercado de fusiones
El mercado de las fusiones se anima. La oferta del Grupo Santander sobre Abbey es sólo el último ejemplo de que las grandes operaciones vuelven con fuerza. Y nuevas características. Las multinacionales españolas empiezan a apuntar a dos destinos atípicos: Europa y Estados Unidos. En la primera mitad del año, las fusiones crecieron un 42,6% en todo el mundo. Aunque en España el crecimiento es aún modesto, el mercado está en plena recuperación.
La recuperación empezó en 2003 y se consolida este año. Hasta junio, el volumen de las operaciones anunciadas ya iguala al del año pasado
Puede que muchos pequeños inversores británicos no conozcan bien al Grupo Santander. O que los franceses no hayan oído gran cosa de la inmobiliaria Colonial. A pesar de ello, estas empresas han decidido salir este año de compras por Europa, la primera con una oferta por el banco Abbey valorada en 13.400 millones de euros y la segunda, con la adquisición de SFL por 1.638 millones de euros.
Ambas son las primeras operaciones europeas de sus sectores y un ejemplo de que las empresas españolas ya no se fijan sólo en América Latina para crecer en el exterior. Hay más. Ebro Puleva en Estados Unidos, Altadis en Rusia, su filial Logista en Italia... Con algunos mercados ya maduros en España, y buena parte del trabajo hecho en América Latina, donde muchas ya han comprado todo lo que querían, gran parte de los esfuerzos de las multinacionales españolas se van a dirigir a adquirir empresas en Europa y EE UU, aseguran algunos asesores de este tipo de operaciones.
No es que el mercado latinoamericano se dé por cerrado -esta semana BBVA anunció la adquisición de una entidad mexicana-, pero tras la crisis vivida en el continente muchas empresas quieren equilibrar sus activos y escogen para ello países menos volátiles, explica Joaquín Valencia, responsable de Fusiones y Adquisiciones de JPMorgan.
El país de destino depende de cada empresa, de las ventajas competitivas que ésta puede adquirir, de la regulación existente y de la actitud del Gobierno ante este tipo de operaciones, coinciden los consultados. "No es tanto un tema de países como de compañías concretas", concluye otra fuente de un banco de inversión extranjero que prefiere no aparecer con su nombre.
Tanto Europa como Estados Unidos han sido por tradición escenarios complicados para las firmas españolas. Como resume otro especialista en estas operaciones, Europa es "la gran asignatura pendiente de las empresas españolas". La principal barrera a esa expansión ha sido más de carácter práctico que legal. En primer lugar, las firmas españolas se han mostrado tímidas en Europa, como si se sintieran pequeñas.
El freno de la 'acción de oro'
Además, muchos Gobiernos se han mostrado reticentes a que empresas de otros países adquieran firmas nacionales, sobre todo de sectores considerados estratégicos, como el energético. Un ejemplo extremo de ello es la existencia de la acción de oro, que permite al Ejecutivo tener la última palabra cuando estas empresas negocian algún acuerdo. Aunque el Tribunal Europeo de Justicia ha condenado la existencia de esta barrera artificial a las fusiones y adquisiciones transfonterizas y la Comisión Europea ha pedido que se elimine de una vez por todas, España y otros Gobiernos mantienen esta prerrogativa. Entre las grandes compañías españolas afectadas están Repsol YPF, Telefónica, Endesa e Iberia.
"Las resistencias de los Gobiernos irá cayendo", aseguran fuentes de un banco de inversión extranjero. Desde hace años está en marcha una reforma europea de la normativa de fusiones que pretende eliminar obstáculos a las operaciones transnacionales. El proyecto ha recibido el visto bueno del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, esta semana.
Cabe esperar pues que en los próximos años se cierren más operaciones de este tipo con protagonista europeo, españoles también. Los expertos señalan que los sectores que se colocarán en vanguardia serán el financiero, por supuesto, pero también energía e infraestructuras. "Se irá viendo poco a poco", asegura una de las fuentes, para quien "la banca puede servir de punta de lanza", pues otras empresas se sienten cómodas si pueden tener interlocutores financieros españoles.
La operación sobre Abbey no sólo refleja una tendencia a cambiar de destino. También anima un mercado que languidecía desde hace años. El año 2000 fue récord en fusiones y adquisiciones, tanto en número como en volumen. Las que tuvieron protagonista español movieron ese año más de 100.774 millones de dólares, según la consultora especializada Thomsom Financial. Un año después éstas caían hasta los 39.000 millones de dólares y se han mantenido en niveles similares en los siguientes.
La recuperación, aún tímida, empezó el año pasado y en el primer semestre de éste se ha consolidado. De hecho, si se incluye la cantidad que SCH se ha mostrado dispuesto a pagar por la entidad británica, hasta el pasado mes de junio las 390 operaciones con participación española movieron una cantidad similar a la de todo 2003: 37.067 millones de dólares frente a 37.388,8.
A pesar de ello, el mercado ibérico -Portugal se mueve también- sólo crece un 2,8% anual. Esto contrasta con el dinamismo del mercado mundial, donde las fusiones aumentan el 42,6%, y europeo (14,7%).
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