Una estrella con muchas puntas
El grupo Iberostar, que este año facturará 2.500 millones, plantea crecer a medio plazo el 20% y una nueva marca
En un momento en el que el turismo de sol y playa parece atravesar problemas, el grupo mallorquín Iberostar crecerá un 20%, el mismo ritmo que lleva desde hace tres años y que espera mantener otros tres. Su integración vertical -con touroperadores, agencias de viajes, receptivo, compañía aérea y división hotelera- y su internacionalización -está presente en 27 países- son sus mejores defensas en un sector que funciona globalmente "y como los vasos comunicantes", según dice su presidente, Miguel Fluxá. Los próximos proyectos: seguir creciendo y aprovechar esa integración para vender apartamentos ligados a sus resorts y crear una segunda marca hotelera.
"No hay crisis del turismo, hay sobreoferta hotelera. Lo que hay que hacer es readaptarse a las nuevas circunstancias"
¿Crisis? A Fluxá, vestido de negro diseño en su impecable y fresco despacho, donde los 40 grados que marca el termómetro en la calle parecen fruto de la imaginación, no le debe impresionar la palabra. Simplemente porque el grupo no parece sufrirla. Una facturación aproximada este año de 2.500 millones de euros y un crecimiento de los beneficios superior al 20% hacen que los problemas se vean con un grado de apasionamiento menor. "Todo el mundo se preocupa cuando hay cambios", dice. "Luego analizas lo que está pasando friamente y ves las cosas mejor".
Y Fluxá las ve desde una amplia plataforma, la que le dan los 70 años de vida de un grupo que tuvo como embrión Viajes Iberia y que hoy integra cuatro turoperadores -Iberojet; Iberojet Internacional; Solplan, Turavia y Viva Tours-, más de 470 agencias de viajes pertenecientes a Viajes Iberia; agencias receptivas -Iberoservice-, una cadena hotelera con 86 hoteles -Iberostar Hotels & Resorts- y una compañía aérea -Iberworld- que vuela a 22 países.
La integración
"Un grupo integrado nota mucho menos la crisis porque busca todas las sinergias sin aumentar los costos". Así que Fluxá afirma que su proyecto de futuro pasa por crecer manteniendo esa integración vertical y mimando su marca, uno de sus mejores activos. "Históricamente no repartimos dividendos e invertimos los beneficios porque tenemos vocación de crecer", dice. ¿Dónde? "La idea es seguir creciendo en el Caribe, en Brasil y en los destinos del Mediterráneo oriental. Y en España estamos estudiando la creación de una seguda marca hotelera, porque estamos viendo que el mercado sufrirá una reestructuración, que los hoteles independientes tendrán que unirse a cadenas y nosotros les podemos dar servicios, pero salvaguardando las características de nuestra marca principal, Iberostar". Todos sus hoteles están en primera línea de playa y cuentan con amplias instalaciones, "y no podemos confundir a nuestro cliente".
De momento, el grupo está inmerso en un macroproyecto hotelero en Brasil, donde ha comprado 2,5 millones de metros cuadrados en Playa da Forte, cerca de Salvador de Bahía; en Jamaica acaba de poner la primera piedra de otro complejo, y continúa ampliando México, República Dominicana, Canarias... El crecimiento hotelero se basará en nueva construcción y no en compras, porque no encuentran producto que se adapte a sus características. Y la edificación de los nuevos establecimientos dará nuevas ramas a esa integración vertical.
De momento ya han creado una constructora propia en México para garantizarse la construcción y el acabado que quieren, y es una experiencia que piensan extender a otras zonas (en Jamaica han creado una Unión Temporal de Empresas. UTE). Ligado a los resorts, la mayoría con campos de golf se plantean la construcción y posterior venta de apartamentos que cuenten con los servicios del complejo hotelero y deportivo. "Sabemos construir los hoteles y gestionarlos, y pensamos que esos países son un buen lugar, por ejemplo, para pensionistas españoles, así que pensando en el futuro ampliamos con esa nueva actividad la integración del grupo", afirma Fluxá. Además, la empresa agrandará su división de cruceros con la construcción de un barco para navegar por el Amazonas y la compra de otro que surcará el Nilo.
Si en la división hotelera descartan prácticamente nuevas compras, no así en los turoperadores. En apenas un solo año compraron Turavia y Viva Tours, y están ojo avizor, aunque la oferta en España es casi nula. Fluxá dice que Iberostar, que tiene una tradicional relación con Thomas Cook, no está interesada en adquirir, sin embargo, la parte del Banco WestLB en Tui. En cuanto a la línea aérea, aunque la mayoría de los vuelos son lo que se denomina in house, es decir, para cubrir las necesidades de sus touroperadores, no descarta la posibilidad de que se vaya abriendo la venta sólo de billetes, sin el resto del paquete turístico, y de convertir parte de las líneas de la chárter en vuelo regular, algo que ya ocurre con el trayecto a La Habana.
Las previsiones
Al presidente del grupo no le gusta hacer muchas previsiones, "porque luego la realidad es la realidad", dice. Pero hasta 2007 el objetivo es crecer aproximadamente el 20% al año, en ventas y facturación, el mismo ritmo de los últimos tres ejercicios. Eso supondrá una inversión aproximada de 300 millones de euros anuales, entre nuevos proyectos y remodelación de los hoteles que lo necesiten. No piensan alterar la proporción entre gestión y propiedad de la planta hotelera, ahora aproximadamente al 50%.
Definitvamente, Fluxá ve a distancia la cacareada crisis turística. "No hay crisis", dice, "hay sobreoferta de plazas hoteleras y en determinados sitios una falta de adecuación de la oferta a las nuevas circunstancias. El hotelero estaba acostumbrado a que le compraran, no a vender, y se ha asustado. Lo que hay que hacer es readaptarse a las nuevas circunstancias, esperar que la economía de los tradicionales países emisores mejore y que despierte la de los nuevos miembros de la UE, que son futuros clientes para venir a España".
¿Y China, de la que tanto se habla? De momento para Fluxá es un mercado más interesante para comprar -"materiales de construcción, por ejemplo", dice- que para vender".
La familia se reparte los papeles
"Cuando éramos pequeños y nuestros amigos estaban de vacaciones mi padre nos hacía ir dos o tres veces por semana a la fábrica de zapatos. El olor de la suela os hará bien, decía". Y sí que les hizo, sí. Los tres hermanos Fluxá controlan hoy la totalidad del grupo Iberostar, de Camper y de Lotusse con un singular reparto de la propiedad que ha evitado su salida a Bolsa, algo que no quieren, y las disputas familiares. "Hoy ya empieza a trabajar en las empresas familiares la cuarta generación. Eso es muy difícil y un orgullo", dice el presidente de Iberostar.
Miguel Fluxá tiene la mayoría del grupo Iberostar, el 52%, y cada uno de sus hermanos participa con un 24%. Lorenzo tiene el 52% de Camper y el 24% de Iberostar y de Lotusse, y Antonio controla Lotusse y participa en Camper e Iberostar. "Así hemos resuelto el problema de la sucesión".
Según Miguel -de 66 años-, Lorenzo es el más comecial. Tanto, que ha montado una "factoría de ideas", como si se tratara de una empresa más, y Antonio es el más industrial.
¿Y usted? "Bueno", dice, "yo tuve que compaginar ambos aspectos". Algo que ha hecho desde la formación recibida en los jesuitas.
Prudente al hablar, reacciona con gran rapidez cuando se le recuerda que deseó públicamente la victoria por mayoría absoluta del candidato del PP, Mariano Rajoy, en las elecciones "por el bien de España". "En las islas las riendas económicas no se llevaban bien", dice, "y bajo esa influencia hice esas declaraciones. Pero yo no soy político, me considero de centro y creo que el presidente Zapatero se ha rodeado de un buen equipo" .
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