Un impulso muy europeo

La República Checa cerró el segundo trimestre con un alza del 4,1% en su PIB, su mayor crecimiento en cuatro años y casi el doble que el de la eurozona. Los grandes responsables de este dinamismo son el crecimiento de las inversiones y del comercio exterior, que se han revitalizado con el ingreso de la ex república socialista en la Unión Europea.

Este crecimiento es aún mayor que el 3,5% alcanzado del primer trimestre y mantiene las previsiones de los analistas para cerrar 2004 con un alza 3,6% en el PIB, el mayor resultado de la década para este país que se separó de Eslovaquia en 1994.

Unos de los problemas que impiden un mayor desarrollo son el escaso poder adquisitivo, un paro del 10% y la baja inversión pública

Las exportaciones representan el 60% de las finanzas checas y más del 80% de estos recursos se comercian en la Unión Europea

El principal factor para este favorable resultado ha sido el despegue de la inversión de las empresas extranjeras en el país, revitalizada tras la entrada de esta economía en la Unión Europea en mayo de este año. Según datos de la oficina checa de estadísticas, el gasto en formación de capital aumentó un 13,9% en el segundo trimestre, tras crecer el 13,1% durante los primeros tres meses del año. Fruto de este capital, la industria se desarrolla al ritmo del 15% anual.

A esto se suma el repunte del sector exterior y las exportaciones que crecieron un 34% anualizado en mayo y un 32% en junio. La caída de muchos aranceles de exportación y los controles aduaneros con los países de Europa occidental han impulsado a las empresas presentes en la República Checa a incrementar sus volúmenes.

El sector del automóvil

Las exportaciones representan el 60% de la las finanzas checas y más del 80% de estos recursos se comercian en la UE. El principal sector es la industria manufacturera de coches, potenciada durante la década pasada con más de 45.000 millones de dólares en inversión extranjera directa. El PIB checo llega a los 85.000 millones de dólares, lo que las convierte en una de las economías más grandes, dentro de los 10 países que se adhirieron a la UE este año.

Frente a todo este optimismo, los analistas ponen paños fríos al señalar que, a pesar que la República Checa crece el doble que la eurozona, este ritmo está aún debajo de su potencial y se mantiene lejos de los países más dinámicos del continente. En estos momentos la renta per cápita checa llega al 69% de la media europea, según Eurostat, uno de los promedios más bajos de la UE.

Uno de los principales problemas que impide un mayor desarrollo económico es un mercado interno deprimido por el bajo poder adquisitivo, un desempleo del 10% y la baja inversión pública. Los últimos datos señalan que el gasto en consumo final sólo ha crecido un 2,1% en el último trimestre, principalmente por un leve repunte del 3,4% del consumo de los hogares.

Inversiones públicas

El Estado checo ha debido frenar sus inversiones para impedir que la deuda pública se siga acumulando. El año pasado, el déficit alcanzó el 6,9% del PIB y la deuda del Estado llegó hasta el 30,2%. En 2000 este indicador rondaba el 17,2% del PIB.

No obstante, los analistas dicen que este gasto es necesario para renovar la obsoleta maquinaria productiva, aunque los detractores del Gobierno afirman que no se está asegurando un modelo productivo viable a largo plazo. En cualquier caso, el principal esfuerzo de la Administración económica es la introducción de alta tecnología productiva, aunque este primer semestre la inversión de las empresas en equipamiento tecnológico creció sólo al 9,5%, bastante por debajo de la inversión total.

Las compañías critican el sistema impositivo que grava con un 35% los impuestos de las sociedades, un nivel similar al de España, pero muy lejos del 20% que presentan los países de la adhesión. En septiembre de 2003, el Parlamento aprobó una reducción de esta tasa al 24% a partir de 2006.