No nos merecemos tanto
Algo muy gordo debemos haber hecho sin darnos cuenta para que esté cayendo sobre nosotros un castigo como el de esta feria "destaurina" que si una tarde nos flagela con la mansedumbre, el descaste y la invalidez, hurga a diario en la herida hasta ver si nos desmayamos.
Ayer fueron los de Valdefresno los que deberían haber salido en tumbonas y con un paipai porque para los trotes normales de la lidia a un toro bravo no estaban. Ni por fuerzas ni por casta. No tuvieron ni de lo uno ni de lo otro, así que ya se pueden hacer cuentas de cómo anduvo el termómetro de la emoción. Inaguantable. Lipotimias a todo pasto. Se impone que en cada vomitorio haya un cardiólogo de guardia porque no todos los corazones humanos son capaces de aguantar estoicos la escena de un toro que huele a barbería, aparece como queriéndose comer el mundo y de pronto empieza a caerse y ya no sabe parar. Corridas así no son para todos los públicos. Absténganse los cardiacos. En realidad, todos deberíamos abstenernos porque si no padecemos del corazón, todo es cuestión de seguir yendo a los toros y ya veremos en qué queda todo.
Negrita Valdefresno / Finito de Córdoba, El Fandi, Tejela
Toros de Valdefresno, descastados y sin fuerza. 4º y 6º, sustituyendo a los titulares por invalidez, de José Ignacio Charro; bravucón el 5º e inválido el 6º. Finito de Córdoba: estocada y descabello (silencio); pinchazo tirando la muleta -aviso-, casi media, descabello (silencio). El Fandi: estocada atravesada que asoma, descabello (saludos); pinchazo, estocada -aviso-, descabello (saludos). Matías Tejela: corta atravesada (silencio); dos pinchazos, media estocada (silencio). Plaza de la Glorieta, 16 de septiembre. 5ª de feria. Media entrada.
Los toros de Charro ni enmendaron la plana a los titulares ni nada. Al menos en la medida que hacía falta. El cuarto fue bravuconcete pero el sexto perdió las manos una vez y ya ni se molestó en buscarlas y así todo. Una ruina.
En casos así, cuando la emoción del toro embarga y sale uno de la plaza sencillamente espeluznado por toda la emoción acumulada en dos horas y medias ni sabe uno quién ha toreado. Finito trató de apuntalar a su primero y se mostró voluntarioso en el cuarto. El Fandi conquistó la mayor ovación de la tarde y Tejela ni en el tercero ni en el sexto logró que los mareados volvieran en sí. Lo dicho. Un corridón de toros.
Babelia
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