El PP sitúa en el centro del debate la polémica sobre la unidad de la lengua que Camps evitó mencionar
Los populares aprueban una resolución secesionista y una transaccional en sentido contrario
El Partido Popular situó ayer en el centro del debate de política general que se celebra en las Cortes la polémica sobre el valenciano, que el día anterior el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, no llegó a mencionar en su discurso. Primero con la aprobación de una resolución de apoyo al Consell en su "política de defensa del idioma valenciano frente a intentos de unificación con otra lengua del Estado" y finalmente transaccionando con los socialistas una propuesta en defensa de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. La polémica lingüística ocupó más tiempo que la crisis industrial.
La polémica surgida el pasado lunes a raíz de la propuesta del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, de incluir el valenciano como lengua oficial en la Unión Europea llegó ayer a las Cortes valencianas. El día anterior, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, había evitado cualquier referencia al conflicto lingüístico y se había referido a la potenciación del valenciano de pasada, centrándose básicamente en las consecuencias positivas de la nueva versión del programa informático SALT, que permite traducir textos del castellano al valenciano y viceversa. El martes, el jefe del Consell había utilizado los servicios de Presidencia para difundir una declaración de tipo institucional donde en tono amable agradecia la sensibilidad del Gobierno de Zapatero y animaba a todos los valencianos a usar su lengua.
Pero ayer, los populares cambiaron la prudencia mostrada hasta entonces y lanzaron toda una batería de iniciativas y declaraciones trufadas de lenguaje bélico. A media mañana, la Cámara ya estaba enzarzada en la discusión de una propuesta de resolución presentada por el PP en la que se animaba al Consell a seguir en "defensa de la propia personalidad de la lengua valenciana y el idioma valenciano frente a intentos de unificación con otra lengua del Estado mediante una campaña de confusión y falta de respeto a los derechos constitucionales".
La propuesta fue aprobada con los votos a favor del PP y en contra del PSPV-PSOE y Esquerra Unida, cuyo portavoz Joan Ribó acusó a los populares de que "lo único que les interesa es reabrir la batalla de Valencia" y les recriminó que ni siquiera se hubiesen tomado la molestia de presentar la resolución en valenciano.
En los pasillos de la Cámara, los diputados populares siguieron avivando la polémica. El consejero de Educación, Alejandro Font de Mora, salió a responder al líder de Esquerra Republicana, Josep Lluís Carod-Rovira: "Si hay algún enemigo es él, con un sentido imperialista de la cultura que invade ámbitos que no son los suyos". Luego instó a Zapatero a respetar la Constitución.
Casi sin solución de continuidad, el orden del día fijado por la Mesa de las Cortes dio paso a la discusión de una densa propuesta de resolución del Grupo Socialista. La iniciativa empezaba solicitando el apoyo a la solicitud del Gobierno español para que el valenciano fuese reconocido por la Unión Europea teniendo en cuenta que "la Real Academia Española define el valenciano como una variedad del catalán" y que ambas denominaciones son de una misma lengua.
Los socialistas, que habían calificado de segregadora y secesionista la propuesta de resolución aprobada por el PP, aceptaron transaccionar su iniciativa con los populares.
Todo ello condujo a la aprobación de otra resolución pactada entre el PP y el PSPV (EU se abstuvo porque no otorga ninguna credibilidad a los populares en esta materia). En el texto aprobado, además de respaldar la petición de Moratinos, se introduce la declaración institucional de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) relativa a que el valenciano es la "denominación más adecuada al marco institucional", pero no "incompatible con otras denominaciones legales que recibe la lengua propia de los valencianos". La AVL reconoce la pertenencia del valenciano al sistema lingüístico de la antigua Corona de Aragón -una fórmula eufemística en aras del consenso que reconoce la unidad de la lengua sin mencionar el término catalán-. El acuerdo no evitó que poco después el consejero de Relaciones Institucionales, Esteban González Pons, acusase a los socialistas y a ERC de estar "jugando con el valenciano".
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