ETA intenta dejar sin luz a Irún con la explosión de cuatro bombas

La banda terrorista ETA fracasó ayer en su intento de dejar sin suministro eléctrico a la localidad guipuzcoana de Irún y a la comarca del Bidasoa, al colocar cuatro bombas en cada uno de los puntos de apoyo de una torreta de alta tensión destinada al transporte de energía y propiedad de Red Eléctrica Española (REE). La explosión de los cuatro artefactos -cada uno contenía entre medio y un kilogramo de amonal- no lograron derribar la torre, situada en una línea de 400.000 voltios de la conexión Hernani-Argia, ni afectaron al suministro de energía. Según precisó más tarde la Presidencia del Gobierno vasco, el objetivo de la banda era "dejar sin luz a miles de ciudadanos y cientos de empresas, alterando de esta forma la vida normalizada".

La explosión se produjo poco antes de las siete de la mañana y se pudo oír desde el barrio de Behobia de Irún, junto a la frontera francesa, situado a varios kilómetros de distancia . Al estar la torreta ubicada en plena zona rural, en un desvío de la carretera nacional N-121, que une Irún con la localidad navarra de Bera de Bidasoa, la policía no encontró el lugar del atentado hasta pasadas las dos horas. La empresa afectada también tuvo conocimiento del hecho horas después de producido puesto que, al no haberse cortado el suministro, los monitores de control no registraron ninguna incidencia.

Los artificieros de la Ertzaintza comprobaron que el explosivo utilizado era amonal, idéntico al empleado por ETA en agosto.

Aunque no logró su objetivo de alterar la vida cotidiana de la numerosa población que vive en la comarca del Bidasoa, este atentado ratifica que las intenciones de la banda terrorista no consisten precisamente en renunciar a la violencia en beneficio de una tregua que permita la subsistencia política de la izquierda abertzale, como se ha especulado a raíz de su escasa actividad.

La condena fue unánime, tanto de partidos como de instituciones. Hasta Aralar, la formación que se escindió de Batasuna hace cuatro años, "reprobó" el hecho por considerarlo "perjudicial para Euskal Herria y la izquierda abertzale".