Un confidente se confiesa autor de un crimen histórico en el Ulster
Ken Barret, un militante lealista de Irlanda del Norte y confidente policial, de 41 años, se declaró ayer culpable del asesinato del abogado católico Pat Finucane en febrero de 1989. Defensor de algunos prominentes militantes republicanos, Finucane murió de 14 disparos en su casa, ante su mujer -herida en un pie- y sus tres hijos. Aquel crimen, que los republicanos siempre atribuyeron a la connivencia entre el lealismo y las fuerzas de seguridad, se convirtió en uno de los más controvertidos de la larga y sangrienta historia de los disturbios en Irlanda del Norte.
Aunque son asuntos paralelos y sin conexión aparente, la confesión de Barret no deja de ser un buen augurio para el tramo final de las difíciles negociaciones políticas que se inicia el próximo jueves, con el objetivo de desbloquear la parálisis que acompaña desde hace casi dos años al proceso de paz en la provincia. La confesión de Barret, que hasta ahora había negado la autoría del crimen, refuerza las posibilidades de que el Gobierno británico acepte que el caso sea sometido a una investigación pública, tal como reclama la familia de Finucane. Downing Street adujo entonces que no tomaría una decisión hasta que acabaran los procesos judiciales. Barret puede ser declarado culpable el viernes, pero quedan aún otros procesos judiciales pendientes.
Connivencia de la policía
En 1992, el soldado y militante lealista Brian Nelson afirmó que las fuerzas de seguridad sabían que había un plan para asesinar a Pat Finucane, pero no hicieron nada para impedirlo. Nelson, que fue condenado a 10 años por conspirar para asesinar, murió de un cáncer de estómago en abril de 2003. Otro lealista, William Stobie, fue absuelto por falta de pruebas en noviembre de 2001, después de que un testigo se retractara de su decisión inicial de incriminarle en el asesinato. Stobie fue asesinado a tiros dos meses después.
En mayo de 2003, un mes después de que la policía admitiera que se habían dado casos de connivencia entre el lealismo y las fuerzas de seguridad en varios crímenes políticos en Irlanda del Norte, Ken Barret fue detenido y acusado de la muerte de Finucane. Confidente policial desde 1991, ayer admitió su culpabilidad en ésa y otras 13 acusaciones relacionadas con el caso.
La muerte de Finucane fue denunciada por los republicanos como un ejemplo de la colusión admitida años después por sir John Stevens, en la actualidad jefe supremo de Scotland Yard. Stevens ha realizado un total de tres investigaciones sobre la muerte de Finucane y otros crímenes sectarios en Irlanda del Norte, pero ni la familia ni los republicanos se han conformado nunca con sus conclusiones y han seguido exigiendo una investigación pública. "El uso institucional de la colusión durante 30 años ha llevado a la muerte de cientos de personas, a la mutilación de otras miles y a mantener aterrorizada a toda una comunidad", declaró en junio pasado el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, tras entrevistarse con Stevens.
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