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Crónica:FÚTBOL | Segunda jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Barça no da opción al Sevilla

Los azulgrana se sobreponen a las lesiones de Ronaldinho y Motta en un partido muy bien diseñado y mejor resuelto

Ramon Besa

En un partido muy perro por fuera y táctico por dentro, el Barça puso a buen recaudo un gol cazado por el travieso Giuly cuando los dos equipos se desafiaban sin miramientos. Larsson remató después la faena en una acción que mostró tanto la ambición azulgrana como el inconformismo sevillista, que se había ido a por el encuentro con toda la munición disponible, y de ahí sus quejas al árbitro por entender que el delantero holandés se llevó por delante a Redondo en su afrenta. La acción, por discutible que sea, no desmerece en cualquier caso el buen encuentro que completaron los barcelonistas, ganadores indiscutibles de duelo porque fueron mejores en las dos áreas y también en la divisoria, manejada espléndidamente por Xavi.

BARCELONA 2 - SEVILLA 0

Barcelona: Valdés; Gabri, Puyol (Oleguer, m. 68), Márquez, Sylvinho; Xavi, Motta (Gerard, m. 3), Deco; Giuly (Iniesta, m. 61), Larsson y Eto'o.

Sevilla: Esteban; Redondo, Javi Navarro, Pablo Ruiz, Sergio Ramos; Alves (Jesuli, m. 46), Martí, Renato (Jesús Navas, m. 51), Fernando Sales; Baptista y Aranda (Antoñito, m. 65).

Goles: 1-0. M. 35. Pase en profundidad de Xavi al borde del área grande que Giuly recoge para batir a Esteban.

2-0. M. 76. Deco centra desde la banda y Larsson, tras zafarse de Redondo, remata con la espinilla un balón que acaba en la red ante las quejas de la zaga del Sevilla.

Árbitro: Velasco Carballo. Mostró la tarjeta amarilla a Deco, Redondo, Fernando Sales, Jesús Navas y Pablo Ruiz.

Camp Nou: 60.000 espectadores. Los jugadores del Barça saltaron al estadio portando una inmensa senyera con motido de la festividad de la Diada. El streaker Jimmy Jump saltó al final al campo y le puso una barretina a Eto'o. Motta tuvo que ser sustituido por una grave lesión.

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Al mal tiempo, el Barça le puso buena cara, síntoma de confianza en su plantilla, convencido de sus recursos, para nada rendido a unas circunstancias tan adversas que invitaban a recogerse en casa más que acudir a un estadio aventado y barrido por la lluvia. Ante un partido cada vez más empinado, privado por la mañana de Ronaldinho y por la noche de Motta, los azulgrana respondieron con seriedad y oficio, de forma competitiva, nada espectacular, como requería, por lo demás, un adversario del pelaje del Sevilla. Por muy rebajado que acudiera al Camp Nou, falto de pies y manos (Pablo Alfaro, David, Makukula y Darío Silva), a nadie le apetece batirse con el equipo de la bestia Baptista y el fiero Caparrós, no por nada sino por bien parido, mejor trabajado y muy díficil de doblegar.

Apretó el Sevilla en la divisoria desde el inicio y Aranda tiró hasta tres demarques que obligaron a la zaga azulgrana a marcar la línea. Ocurrió entonces que Puyol y Márquez tiraron bien el fuera de juego, y el Barça tomó aire. Al despliegue azulgrana contribuyó tanto el ofrecimiento del central mexicano, siempre dispuesto a dar un paso al frente, como el oficio de Deco, el buen gobierno de Xavi y, sobre todo, las diagonales de Giuly, un jugador que enamora por sus prestaciones ofensivas. A veces impreciso en el golpeo del balón, el francés estuvo certero y afortunado anoche a la que encaró al portero del Sevilla, que se venció malamente.

Áspero y tupido como se presentaba el encuentro, cada ocasión era un caramelo, así que el tanto le permitió al conjunto azulgrana reafirmarse en el diseño del partido. Había que estar tan concentrado en la defensa como espabilado en el ataque, y a falta de Belletti y Van Bronckhorst -relegados por Rijkaard en favor de Gabri y Silvinho-, el Barça se entregó a la pujanda de Giuly y a los movimientos de Larsson, un jugador muy inteligente y solidario, condiciones muy estimables sobre todo si al lado juega Eto'o, más individualista por no llamarle egoísta e igualmente desequilibrante y rápido.

A Eto'o le habilitó más la propuesta del Sevilla tras el descanso que los movimientos de su propio equipo. Caparrós recurrió a Jesús Navas, un joven goleador con un gusto exquisito, a Jesuli, determinante entre líneas, y a Antoñito, de naturaleza agitador. El campo se abrió y el partido se puso a pedir de boca para los velocistas. Un paisaje que le encanta a Rijkaard para meter a a Iniesta en escena y armar una línea de pasadores estimables -Xavi, Deco e Iniesta- al servicio de los dos delanteros -ayer Larsson y Eto'o porque Giuly fue sustituido.

Las llegadas se sucedieron en una y otra área, y la contienda se puso por momentos tan exigente que Puyol tuvo que rendirse y ser sustituido después de un pinchazo muscular, una lesión menor comparada con la de Motta, que tiene los ligamentos de la rodilla izquierda seriamente afectados.

La nueva contrariedad de Puyol afectó más a la hinchada, que cada vez se sentía menos protegida, que al propio equipo azulgrana, que sentenció el choque en una acción de Larsson muy protestada por el Sevilla. Los andaluces se rindieron ante el fuelle del Barcelona, que acabó el partido con una entereza estimable.

Los azulgrana se impusieron de principio a fin con un fútbol muy bien ligado, constante, seguro y convincente. El equipo de Rijkaard se expresó con una personalidad e inteligencia estimable en el inicio de campeonato, y al Sevilla no le quedó más remedio que plegar velas. Ha empezado el Barça la Liga como un tiro: cuatro goles a favor, ninguno en contra, y Ronaldinho aún no ha debutado.

Eto'o, a punto de caer al intentar superar a un adversario.
Eto'o, a punto de caer al intentar superar a un adversario.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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