Una fotografía
EL PAÍS, 7 de septiembre. Un trabajador sale, brazos en alto delante de policías, de la empresa donde trabajaba. Él y 43 empleados más pretendían seguir trabajando... Vergüenza me da ser de un país donde un hombre, buen hombre diría yo (igual que si fuera mujer), debe pasar por estas situaciones sólo por intentar mantener su puesto de trabajo. Algo va mal en esta economía, o en sus valores, y no creo que sean los trabajadores. Quizás deberíamos perder el respeto a la macroeconomía y empezar a utilizarla al servcio de todos.
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