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CORAZONES DE VERANO
Columna
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Cómo reincorporarse al trabajo

EN LA REVISTA Salud y Vida de septiembre leo un artículo la mar de interesante sobre el estrés posvacacional, que es algo que sufren las personas que han tenido vacaciones. Según la revista, afecta a un 40% de la población y "es una alteración normal de los biorritmos, consecuencia de la vuelta al trabajo". El trabajo -lo digo por aquellas personas que no lo sepan- es el esfuerzo humano aplicado a la producción de riqueza. En el artículo te explican los síntomas del estrés posvacacional y te dan también tres recomendaciones para superarlo. Me las he apuntado:

"- Aclimatarse al trabajo de modo pausado y paulatino. Intentar no empezar a trabajar el primer día de volver de vacaciones, y tomarse unos días de adaptación.

- Integrarse en el trabajo lo antes posible, con las responsabilidades y los compañeros, y dividir las tareas para que no nos lleguen a agobiar, concentrándonos en los aspectos positivos de la vida y el trabajo.

- Seguir una dieta equilibrada. Reducir el tabaco y el alcohol, y utilizar técnicas de relajación si son necesarias".

Son unos consejos muy sabios, pero ¿sirven para todos los colectivos laborales? Desde luego. Y mi misión es demostrarlo.

Socorristas, conductores de ambulancia y médicos.

Es muy importante que sigan al pie de la letra el punto uno. Aclimátense al trabajo de modo pausado y paulatino. El primer día, en caso de producirse una emergencia, no vayan. Si van, atiendan sólo a un 20% de las víctimas.

Trabajadores ilegales.

Para ustedes, cosedores de pelotas y explotados en general, está especialmente indicado el punto tres. Hay que seguir una dieta equilibrada. ¿Es equilibrado comer todos los días sólo un cuenco de arroz? No y mil veces no. Recuerden que, al trabajar en condiciones infrahumanas, necesitan un suplemento vitamínico extra, suplemento que les irá de perlas para las defensas, dado que -al estar su puesto de trabajo en un sótano- carecen de asientos ergonómicos y luz natural, tan importantes para la salud. También es aconsejable que, como indica el punto uno, se concentren en los aspectos positivos de la vida y el trabajo. Falsificar camisetas de marca hace felices a muchas petardas. Piensen en ello.

Convictos.

Son ustedes, condenados a trabajos forzados, los que deben procurar cumplir el punto dos. Especialmente los nuevos. Intégrense al trabajo lo más rápidamente posible. De ello depende su felicidad en los próximos veinte años. Será práctico que aprendan enseguida quién es el convicto líder, y lo que hay que ofrecerle a cambio de protección. Lo de "dividir las tareas para que no nos lleguen a agobiar" también es importante. Así pues, no se agobie por el número de pedruscos que contiene esta carretera que hoy empieza a asfaltar. Piense, en cambio, que tiene veinte largos años para recogerlos. Sea positivo.

Escritores.

En este decálogo, los escritores merecen -y atención, que viene un chiste- un capítulo aparte. Al volver al trabajo (es un decir), los escritores deberán seguir el punto uno. Eso significa que durante las primeras semanas de su rentrée no deben torturar a sus semejantes con la frase: "Los personajes se me escapan de las manos"*.

* Nota. Si es usted un escritor de los que tienen negro, recuerde que, en lugar de decir "los personajes se me escapan de las manos", dirá "los personajes me se escapan de las manos".

Camioneros.

Cumplan con el punto tres. Sigan una alimentación adecuada. Nada de calorías de más. Ésta es la dieta ideal para ustedes: desayuno: un biscote integral y 100 gramos de queso tipo Burgos. Comida: una verdurita al vapor con una cucharada (pequeña) de aceite y una pechuga de pavo desgrasada. A media tarde, café con leche descremada y una pieza pequeña de fruta. Por la noche, al llegar al área de servicio, después de haber descargado los tomates en la frontera por la huelga de agricultores franceses, prémiense con un extra. ¿Qué tal les suena una deconstrucción de rebanada de pan integral con mermelada baja en calorías? Y en el club de carretera, un zumito.

Ministras zetapenses.

Volver al trabajo no es fácil para una ministra zetapense, porque sus vacaciones han sido más estresantes que asistir a un pleno. Usen técnicas de relajación. Pero, además, les recomiendo una frase perfecta para pasar la maroma. "No era un posado. Era un robado".

Elvira Lindo.

Sí, sí, ya lo sabemos, esto de hacer artículos humorísticos no es trabajar. Si es que debería pagar por hacerlo. Pero, por su bien, no tarde ni un día más en enviar sus columnas. Piense que algunas pelanduscas aprovecharán que usted se halla en la tierra de las oportunidades para reclamar una ídem. Estar en un hotel en compañía de su perro no es excusa para no trabajar. Con estos ingredientes, Dorothy Parker ya habría escrito una serie de televisión sobre el suicidio. Y abríguese. Y coma bien. Y vea la tele. Y vigile con los terroristas. Y cuéntenoslo todo.

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