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Reportaje:VUELTA 2004

Badanas sensibles

Óscar Freire vuelve a sufrir por los forúnculos a un mes del Mundial

Carlos Arribas

Para los ciclistas antiguos el cuidado de la badana, la limpieza del cuero, el ablandamiento, la aplicación cotidiana de Nivea, era una de las tareas fundamentales una vez terminada la etapa, no en balde la badana, la tira ancha, más dura, del centro del culotte, entra en contacto directo con las partes más sensibles de los corredores, que no usan ropa interior para evitar fricciones y rozaduras. Y ya lo sabían, ya lo sufrían, si no había buena badana llegaban, entre otras cosas, los temidos forúnculos, o los ataques de furunculosis que se decía entonces. Lo que no es asunto baladí o risible. A Óscar Sevilla, un furúnculo mal tratado, una cicatriz mal cerrada, le costó más de media temporada pasada.

"Sólo me queda esperar a que la cosa no vaya a más y que no me dé más problemas"
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Con los tiempos, el cuero dejó paso a los materiales sintéticos, cuyo cuidado no requería tanta dedicación. Se acabó la Nivea -los fabricantes ofrecen sus propias cremas-, se acabaron, en teoría los problemas, aunque uno de los escollos que hay que superar cuando se cambia de equipo es el patrón y las costuras del nuevo fabricante del culotte. Pese a todo, a Óscar Freire le han atacado los forúnculos. Por segunda vez. Le atacaron mediado mayo y le costaron el Tour. Este segundo ataque, un nuevo forúnculo en un nuevo sitio, le puede costar el Mundial, su único sueño. "Y creo que es porque a mitad de temporada el equipo ha cambiado el material de las badanas y me han sentado fatal", dice.

A Óscar Freire, que llega blanco, seco a la meta de León, más vale no preguntarle por un potencial duelo en los sprints con el Petacchi dominador de las llegadas. Tampoco le interesa mucho el tam-tam de los rumores que habla de una próxima llegada a su lado en el Rabobank de Alejandro Valverde. A Óscar Freire le preocupa la entrepierna. Le duele Verona.

Como para Damiano Cunego, el italiano que no esconde que la Vuelta no le interesa, como para Igor Astarloa, como para tantos otros que no están en la Vuelta, para Freire, doble maillot arcoiris, llegado septiembre, llega el tiempo del Mundial. Más aún para él, que ganó su primer Mundial en Verona, la ciudad que cinco años después vuelve a organizar la carrera. "Y ahora estamos a un mes de mi carrera [el Mundial se disputa el tres de octubre] y no sé qué hacer", dice Freire. "Simplemente sólo me queda esperar a que la cosa no vaya a más, que no crezca y que no me dé más problemas. En la contrarreloj, apenas media hora de esfuerzo, no me ha molestado mucho, pero ya veremos en la primera etapa en línea". La duda es paralizante. Si espera a la maduración del forúnculo antes de que un cirujano lo saje, si retrasa al máximo su crecimiento -recurriendo, por ejemplo, a la histórica pomada de hierbas del bosque de Manu Arrieta- puede que ese momento llegue ya en la semana del Mundial. En cambio, si se precipita y procede a sajar ahora puede producirse una infección o puede no valerle para nada, o, con toda seguridad, deberá estar parado dos semanas a la espera de que la cicatriz le permita volver a sentarse.

José Luis Rodríguez Zapatero saluda a Óscar Freire antes de la salida en León.
José Luis Rodríguez Zapatero saluda a Óscar Freire antes de la salida en León.EFE

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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