Juanes defiende en su nuevo disco el amor como remedio a las guerras y a la soledad

A Juanes le hierve la sangre con todo lo que pasa en el mundo, las guerras, el terrorismo, el hambre, el desamor, la soledad... Y reivindica el amor como antídoto, no sea que la muerte sorprenda sin haber amado. Con ese mensaje apasionado e intenso, como él, el músico colombiano lanza su tercer álbum, Mi sangre, que saldrá a la venta a finales de septiembre. "Son canciones de amor, dolor y guerra, pero con un mensaje de esperanza", dice durante una entrevista en los estudios de Miami de Universal, coproductora con el sello Surco de Mi sangre.

Temas como el de la sicaria Rosario Tijeras -"la de pistola, espejito y labial en su cartera, siempre llena de vicio, sexo y balas, placer y dolor de las mil y una vidas, ¡pam-pam!"- o La camisa negra, por el luto de un desengaño, hablan de los sueños y temores de este cantante, productor, guitarrista y compositor colombiano.

Cuando canta sobre la guerra no sólo se refiere a la de su patria, aunque ésa es la que más le duele, sino al concepto en general de la violencia. Es el suyo un lenguaje innovador, que recupera la canción protesta pero sin carga política partidista, apelando a los sentimientos universales. "No tomo posiciones políticas", aclara. La familia y la espiritualidad están también presentes en este disco de 12 canciones.

El álbum tiene altas dosis de rock y fusión de ritmos latinoamericanos, particularmente colombianos. Abunda el sonido de cuerdas y guitarra y los teclados que remiten a los años setenta, porque ésa era la intención de Juanes: "Que el disco sonara a viejo, y por eso usé instrumentos de hace 30 años como el rhodes, el clavinet o el wurlitzer".

El romanticismo que recorre Mi sangre no transporta, sin embargo, a épocas pasadas ni tiene fecha de caducidad; relata los eternos vaivenes del corazón humano. "Quiero recuperar las noches que perdí, vencer el miedo inmenso de morir y ser eterno junto a ti", dice la letra de Nada valgo sin tu amor, el primer single que se ha estrenado ya en las radios de Miami. Esa canción la empezó a componer hace un año, en Madrid, a las cinco de la mañana el día de su 31 cumpleaños, el 9 de agosto, y quizá por eso la melodía comienza "cuando el tiempo pasa y nos hacemos viejos, nos empieza a parecer que pesan más los daños que los mismos años". Todo el disco lo ha ido componiendo en hoteles durante su gira de 114 conciertos en 24 países y lo finalizó en un pequeño estudio montado en el garaje de su casa en Coral Gables, la zona residencial del condado de Miami-Dade. "Componer es un proceso solitario, un duelo traumático", dice. Siempre se inspira con la ayuda de su guitarra. Normalmente le salen primero las melodías y luego va adaptando las letras. En Mi sangre hay dos baladas y varios temas de tiempo rápido.

Juan Esteban Aristizábal Vázquez, Juanes, ha volcado su alma en este trabajo que reconoce autobiográfico, reflejo de su trayectoria emocional y de su evolución musical desde los días más aciagos en 1998, cuando llegó solo a Los Ángeles con un puñado de ahorros y de ilusiones. De allí salió su primer disco, Fíjate bien, que define como "oscuro y depresivo, reflejaba la vida desesperada en Los Ángeles". La vida empezó a cambiar cuando tocó a la puerta de la productora de Gustavo Santaolalla, La Casa, para presentar sus demos. Recuerda cómo se puso a llorar como un niño cuando días después recibió la llamada de Santaolalla. Desde entonces ha seguido con el mismo equipo de producción -Santaolalla, Anibal Kerpel y Thom Russo-.

Llegó a Los Ángeles al deshacerse el grupo Ekhymosis, con el que había tocado durante 10 años. Seis años, nueve grammys latinos y otros 16 premios después, Juanes se ha más que consolidado en solitario. Su segundo álbum, Un día normal, arrasó en los Grammy Latinos del año pasado y se mantuvo durante 92 semanas en la lista de los 10 más vendidos de la revista Billboard. Todo un récord, que no se le ha subido a la cabeza y que le sigue pareciendo mentira. No compone, dice, para ganar premios. "No funciona. La música tiene que ser honesta".