Fred L. Whipple, astrónomo experto en cometas
Fred L. Whipple, autor de la idea de que los cometas están compuestos de hielo mezclado con rocas, murió el lunes en un hospital de Cambridge, Massachusetts. Tenía 97 años. Su muerte fue anunciada por el Centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, del que Whipple fue director durante casi dos décadas.
Whipple propuso su "teoría de la bola de nieve sucia" en 1950, apartándose de la teoría popular de que los cometas eran "bancos de arena flotantes", bolas de arena que se mantenían unidas por la gravedad, para explicar por qué algunos cometas periódicos parecían estar impulsados por algo más que la fuerza de la gravedad, lo que les hacía llegar más pronto o más tarde de lo previsto.
Él creía que cuando un cometa se acercaba al Sol, entraba en ignición, se evaporaba hielo de su núcleo y que los chorros de partículas resultantes actuaban como un motor de propulsión, acelerando o frenando al cometa.
Además, la luz resplandeciente de las colas contenía partículas que Whipple conjeturó que procedían de depósitos congelados del núcleo del cometa.
"Dio una base científica al estudio de los cometas", ha señalado Brian G. Marsden, director del Minor Planet Center del Centro Harvard-Smithsonian.
En 1986, fotografías en primer plano del cometa Halley tomadas por la nave Giotto de la Agencia Espacial Europea, demostraron que Whipple estaba en lo cierto.
Whipple hablaba a menudo de lo orgulloso que se sentía de un logro alcanzado en la Segunda Guerra Mundial, cuando contribuyó a inventar un dispositivo que podía cortar la hoja de aluminio en miles de fragmentos. Los fragmentos de aluminio, cuando eran lanzados por los aviones aliados sobre Alemania, confundían los radares enemigos al darles la impresión de que era mucho mayor el número de aviones que les estaban atacando.
En 1945, anticipándose al futuro de la lucha por el espacio, Whipple inventó una delgada capa de metal conocida como parachoques de meteoritos o escudo Whipple, para proteger a los satélites -y ahora a las naves espaciales- de las partículas de alta velocidad. Cuando un meteorito choca con el escudo explota, y solamente el vapor golpea las paredes de la aeronave. Esta tecnología sigue estando en uso.
Cuando la Unión Soviética lanzó el satélite Sputnik en 1957, Whipple estaba organizando una red de cámaras para seguir su curso, y una de las estaciones estaba ya operativa. "Estaba perfectamente preparado para el Sputnik cuando todos los demás no hacían más que retorcerse las manos sin saber qué hacer", dijo Marsden.
El presidente John F. Kennedy galardonó en 1963 a Whipple por este proyecto con un premio a sus servicios a la comunidad.
Nacido en 1906 en Red Oak, Iowa, Fred Lawrence Whipple estudió en el Occidental College de Los Angeles antes de completar sus estudios de matemáticas en UCLA. Se orientó hacia la astronomía después de que un brote de poliomielitis le dejara claro que nunca podría realizar su sueño de ser campeón de tenis. Completó su doctorado en Astronomía en la Universidad de California, Berkeley, en 1931 y luego aceptó una plaza en Harvard.
Fue también director del observatorio de astrofísica Smithsonian en Cambridge, de 1955 a 1973, fecha en que se fusionó con el observatorio de Harvard y pasó a llamarse Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian. El observatorio empleaba solamente a un puñado de investigadores en 1955, ahora son varios centenares. "Aquello corrió como la pólvora", comenta Myron Lecar, astrofísico del centro. "Fred dio comienzo a la función, y aquello marcó una gran diferencia en la astronomía estadounidense".
Mientras los astrónomos de hoy suelen tener estudios de Físicas, "Fred era de una generación anterior en la que empezaban de cero a aprender astronomía", añade Lecar. "Era muy inteligente. Le apreciaban mucho en el Congreso porque hablaba con un lenguaje llano. Tenía muy buen olfato para distinguir lo que era cierto de lo que no era más que palabrería".
Se jubiló en Harvard en 1977, aunque siguió yendo en bicicleta al centro seis días a la semana hasta que cumplió los 90. Whipple esperaba con ilusión los resultados de la misión Stardust de la NASA, que recogió muestras del cometa Wild 2 en enero pasado. Su regreso a la Tierra está programado para 2006, que coincidiría con el centenario del nacimiento de Fred L. Whipple.-
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