Gran versión del 'Réquiem' de Verdi
Las jornadas finales del Festival de Santander, en su 53ª edición, han convocado masivamente a la audiencia. Se trataba, como es sabido, de cinco conciertos encomendados a la Sinfónica de Berlín, la Orquesta y Coro del Comunal de Bolonia y la Filarmónica de Dresde, con Frühbeck de Burgos, la batuta española más internacional. Hay que resaltar la conmovedora versión del Réquiem de Verdi, en la que el director Daniele Gatti desplegó todas sus posibilidades, que son muchas, como conductor y músico de tan gran formación como certero instinto. Los pentagramas de Verdi encuentran en Daniele Gatti resonancias que, en sus manos, se convierten en expresividad impactante.
Por otra parte, las voces solistas sirvieron la grandeza y la intimidad, el rezo antiguo y el grito musicial del Dies irae, mientras el Sanctus volaba con precisa y elevada agilidad en las voces del coro. La soprano Fiorenza Cedolins, premio Pavarotti 1996; la mezzo albanesa Enkelejda Shkosa; el tenor Roberto Arónica, formado cerca de Bergonzi, y el bajo alemán Andrea Papi son voces y saberes idóneos para la magnificencia del Réquiem por Alessandro Manzoni, y el maestro Gatti desborda imaginación para servir la de Verdi.
Noche antológica
Fue una noche antológica en la historia de los festivales y muy superior a la del día anterior con la visión brahmsiana del Réquiem dada con infinita hondura por Gatti y las formaciones boloñesas, con los solistas Eva Mel, soprano, y Lucio Gallo. En todo caso, Daniele Gatti aumenta, día a día, año a año, su prestigio y Santander ha podido comprobarlo.
En fin, después de su intervención en el Principal de Burgos, los filarmónicos de Dresde, con su principal maestro invitado, Rafael Frühbeck, clausuraron los ciclos con un programa superadecuado a la circunstancia y a la naturaleza de intérpretes y público: Strauss (Don Juan y Till Eulenspiegel) y Wagner (Tristán y Maestros cantores).
José Luis Ocejo, director del Festival Internacional de Santander desde hace 25 años, recibió diversos homenajes, entre ellos la dedicatoria por Agustín Bertomeu del Cuarteto cántabro y las de las obras escritas para la ocasión por Carlos Cruz de Castro, García Román, Zulema de la Cruz y Tomás Marco, interpretadas por el Trío Mompou, el viola Emilio Mateu y la soprano María José Montel.
Muy significativa fue también la ofrenda al festival por parte del compositor y director Joan Valent, las de Nobel Sámano o las recordaciones de Jesús Leoz, Dúo Vital, Joaquín Turina. Todas ellas vienen a subrayar la atención del festival y de su conductor, José Luis Ocejo, a los valores de la creación musical de nuestro país.
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