Fraga anuncia que nombrará por primera vez "algún vicepresidente"

Lanzado ya a la carrera por su quinta mayoría absoluta, el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, confirmó ayer que romperá la costumbre inalterada durante sus 15 años anteriores de mandato y que en las próximas semanas nombrará "algún vicepresidente". Fraga no especificó cuántos, aunque antes del verano ya había anunciado su disposición a que fueran dos, lo que privaría a su gesto de cualquier interpretación sucesoria.

Frente a las insinuaciones de la oposición, el presidente gallego y fundador del PP insistió en negar cualquier verosimilitud a las insinuaciones de que está buscando un tapado que le pueda sustituir llegado el momento.

Durante tres décadas, Fraga evitó dar alas a las pretensiones sucesorias de sus más estrechos colaboradores y, pese a los mensajes que en más de una ocasión le llegaron procedentes de su partido, siempre evitó la tentación de nombrar un vicepresidente. Ni siquiera el ahora caído en desgracia Xosé Cuiña, que durante muchos años pasó por delfín del presidente, logró acceder a ese cargo. Fraga ya había insinuado antes de las vacaciones que por primera vez rompería la tradición. Pero los que esperaban el gesto sucesorio que el presidente gallego ha venido demorando desde 1990 se llevaron un chasco, ya que Fraga dejó caer que crearía dos vicepresidencias de rango similar.

En aquellos momentos ya cundía la sensación en el PP gallego de que el presidente no estaba dispuesto a abandonar y que se presentaría a la reelección en las autonómicas del próximo año, una posibilidad que pocos meses antes él mismo había calificado de "contra natura". La impresión se ha corroborado en los últimos días, después de que Fraga, con la anuencia expresa del secretario general del PP, Mariano Rajoy, proclamase que va a agotar su mandato, que finaliza en otoño de 2005, y que concurrirá de nuevo a las elecciones con 82 años.

En una entrevista con la cadena Cope, Fraga confirmó ayer su propósito de nombrar "algún vicepresidente". Aunque el jefe del Ejecutivo gallego no especificó más, desde hace semanas en la Xunta daban por hecho que se produciría una remodelación al regreso de las vacaciones. Para los puestos de vicepresidentes hay dos candidatos claros, el actual consejero de Medio Ambiente, Xosé Manuel Barreiro, y el de Política Territorial, Alberto Núñez Feijóo. Encumbrarlos a ambos al mismo tiempo equivaldría a una solución salomónica. Núñez Feijóo es del sector del partido más próximo a Rajoy, mientras que Barreiro procede del entorno de los barones rurales, en el que creció el defenestrado Cuiña y que siempre ha mantenido tensas relaciones con la dirección nacional del partido.

Si Fraga volviese a ganar en 2005, acabaría su quinto mandato con casi 87 años. Pero el presidente de la Xunta no quiere dar la impresión de que ha empezado a abonar el terreno para su futura sucesión. En la entrevista radiofónica desmintió de modo tajante la "teoría del tapado", puesta en circulación por sus "oponentes" y aseguró: "Si asumo un compromiso, lo cumplo hasta el final. De ningún modo voy a engañar a la gente diciendo que voy yo para poner a otro. Eso Manuel Fraga no lo ha hecho nunca, ni lo hará nunca, ni dejará que lo haga nadie".

"Fraga está taponando los problemas del PP al tiempo que tapona el futuro de Galicia", declaró su oponente socialista, Emilio Pérez Touriño.