Sólo en el ámbito familiar

Respecto al eco que tuvo en su diario el pasado día 28 de julio la noticia de la sentencia del Juzgado de lo Penal número 16 de Madrid en la que se absolvía a un hombre de maltrato en el ámbito familiar por cometerlo "sólo en el ámbito familiar", debo decir que yo soy la víctima de esos maltratos que ahora ha legitimado la justicia.

Quiero aprovechar la oportunidad que me ofrece esta ventana abierta a la opinión personal para poder expresar, como así lo haré en el recurso de apelación, que ese supuesto "ámbito familiar", en el que se llevaron a cabo insultos, vejaciones, humillaciones, amenazas de muerte y coacciones por parte de una persona de la que me separé hace dos años y medio, y con la que no volví a convivir, ha sido ampliado a amigos del colegio de mis hijos (uno de ellos menor de edad), al portero del inmueble de mi anterior domicilio, a vecinos, etcétera, quienes ahora ya forman parte, según la citada sentencia, de mi familia.

Precisamente, eran tan amplios los hechos, tantas las personas ante quienes se me vejaba, que fue necesario exponerlos detalladamente, pero eso, precisamente, ha dejado lugar a la duda por ser "más de tres líneas", cuando mi ex marido solamente negó tales hechos o dijo que no los recordaba, que, obviamente, sólo ocupa una línea.

Durante el juicio oral, una tía mía, además de quien suscribe, manifestó que había recibido una llamada telefónica de mi ex marido para decirle que "me iba a matar", algo que ya me repitió a mí en varias ocasiones tras la separación, y, sorpresivamente, este testimonio no ha sido tenido en cuenta en la sentencia, ni siquiera para considerar que estas amenazas e insultos excedían ese ámbito familiar alegado.

Se justifica que no debe actuar el Derecho Penal, entre otros razonamientos porque desde la presentación de la querella hasta la celebración del juicio oral estos actos habían cesado, pero lo fueron porque el Juzgado de Instrucción número 13 dictó una orden de alejamiento que ahora me ha sido retirada y sólo Dios sabe con qué consecuencias.

Motivos como los expuestos me llevaron a solicitar la separación. Sin embargo, después continuaron, y la presión a la que me vi sometida, así como mis hijos, aconsejaron la intervención de la justicia, que ahora nos ha dejado desamparados, porque estos hechos se justifican como propios de una separación. ¿Hasta cuándo deben formar parte de este proceso?

Durante mucho tiempo sentí impotencia por lo que me estaba ocurriendo y callé todo. Cuando me decidí a hablar, la justicia me ha aconsejado callarme; al fin y al cabo, sólo soy un ama de casa que debía consentir que una persona importante e influyente de Madrid, como es mi ex marido, pudiera humillarme como mujer, como persona y como madre.

Espero que si algún día mi ex marido cumple la amenaza de matarme, lo haga dentro de mi ámbito familiar, así ahorraré tiempo y dinero a la justicia de este país.