El Gobierno reformará las confederaciones hidrográficas para controlar el uso del agua
El Gobierno va a reformar en "en profundidad" las confederaciones hidrográficas para que funcionen como organismos públicos de control de uso del agua, según anunció ayer la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona.
El objetivo es saber "quién usa el agua, cuánto usa cada uno de los que tienen derecho" a ello y "cuánto la contaminan", según explicó Narbona en rueda de prensa tras inaugurar un curso en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. La ministra subrayó que la estructura actual "está pensada para hacer obra hidráulica, no para gestionar el dominio público", y que la prioridad en los últimos años ha sido "cuidar la buena obra" en detrimento de "la calidad del agua", lo que ha derivado en que "muchos cauces fluviales estén ilegalmente ocupados por viviendas".
Para lograr este objetivo de una mejor gestión pública del agua, las confederaciones incorporarán "otro tipo de profesionales" como biólogos o economistas que se encargarán de evaluar las incidencias medioambientales y económicas de las obras que seguirán proyectando estos organismos, por lo que "deben seguir los ingenieros de caminos", añadió la ministra.
Narbona también aclaró que la subida de los precios del agua deriva de una directiva europea y no es una iniciativa propia. "De cara a 2010", explicó la ministra, las tarifas del agua reflejarán "los costes reales de obtener el agua, tratarla y distribuirla" y anunció que "se modularán los precios de acuerdo con quién se beneficia de ella", de modo que será más caro regar un campo de golf que tierras "poco eficientes".
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