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Reportaje:Atenas 2004

Los petrodólares se quedan sin medallas

Qatar, ejemplo máximo de cómo 'afiliar' deportistas extranjeros a cambio de dinero, caso de atletas kenianos y halterófilos búlgaros, se va sin podios

Qatar no es el único ejemplo, pero sí muy elocuente de la excesiva libertad de circulación de los deportistas, que en la gran mayoría de los casos cambia de país por dinero. Los Juegos han sido otro escaparate de atletas mercenarios.

El emirato del Golfo, si no logra hoy la hazaña su maratoniano Jaber Ahmed Jumaa, con una mejor marca por encima de las 2,14 horas, se irá sin medallas de Atenas. Los petrodólares con que atrae futbolistas, como Guardiola, Hierro o Batistuta, no le han salido bien con los atletas de origen keniano ni con los halterófilos procedentes de Bulgaria. El emir Hamad bin Jalifa Al-Thani, y su hijo Tamim bin Hamad Al-Thani, que es presidente del comité olímpico nacional y miembro del COI, no están nada contentos. Sólo un tirador de tiro al plato rozó una medalla, la de bronce, y la perdió en el desempate. Pero nació en Qatar. Las mayores bazas del emirato estaban, sin duda, en los 3.000 obstáculos de atletismo, pero ya antes de los Juegos se torcieron las cosas. Nada menos que su campeón del mundo, Saif Saeed Shahin, no pudo participar. Kenia hizo valer su veto al no haber pasado tres años desde la nacionalización de Stephen Cherono, su nombre y apellido de origen, que se hizo ciudadano de Qatar con 21 años por un millón de dólares y ganó inmediatamente los Mundiales de París 2003.

Los kenianos, que ya se llevaron el disgusto en una prueba que han dominado hasta con los tres puestos del podio en muchas ocasiones, no lo permitieron esta vez. La Federación Internacional de Atletismo va a alargar los plazos también para que no vuelva a suceder este mercadeo. Pero lo curioso es que en Atenas a punto estuvo de colárseles otro, Amer Obaid, al que sólo descolgaron al final los tres sucesores del legendario Kipchoge Keino, el presidente de la federación keniana, y miembro del COI, que puso el veto. Fueron los cuatro que no pudo pasar Luis Miguel Berlanas, que sí superó a Buabdallah Tahri, francés no precisamente de toda la vida, séptimo; a Mustafá Mohamed, tampoco sueco de siempre, sino somalí, y a otro qatarí de adopción, Saifeldin Abdullah, ganador de una de las series eliminatorias, como Amer, pero que se hundió por detrás de Penti Jiménez.

Esa final fue una de las muchas elocuentes. Las nacionalizaciones para Francia y otros países son igual de discutibles, como las de georgianos para Grecia en yudo, lucha o halterofilia. Y bastantes más. Zaman Sultan Khamis, que corrió las series de 5.000, no entró en la final ayer porque sí nació en el desierto qatarí, a nivel del mar, no en las altiplanicies kenianas a 2.500 metros de altura.

El emir y su hijo también se vieron frustrados en halterofilia, porque sus inversiones en Bulgaria, laboratorio y fábrica de levantadores para exportar (el legendario turco Suleymanoglu fue antes Suleimanov, como primer y gran ejemplo), no les han dado resultados. Jaber Saeed no participó sospechosamente en los pesos máximos, +105 kilos, quizá para prevenir algún susto en el control antidopaje. Era uno de los rivales que siempre más teme el gigante ganador iraní Rezazadeh. Y en -105, otro búlgaro nacionalizado, Asaad Said, iba muy bien con 192,5 kilos en arrancada, la segunda mejor alzada de los participantes, pero no pudo con los 225 en los dos primeros intentos de dos tiempos, ni con el tercero que subió 2,5 kilos más para salvar el desastre. Fue eliminado. Sólo quedó séptimo el único levantador que ha surgido en Qatar, no importado, Abbas Nader, ganador en Sidney de una de las medallas de bronce ganadas por Qatar en toda su historia. La otra, sorprendente, la logró Mohamed Sulaiman en los 1.500 históricos que ganó Fermín Cacho en Barcelona 92. También era qatarí. El emir y su hijo se están pensando fomentar la cantera local como sea y olvidarse de comprar fuera.

Los Al-Thani miran así con envidia cómo Joan Lino Martínez se llevó el bronce, aunque discutido, en salto de longitud para España a las primeras de cambio. O cómo ayer mismo, Natasa Janics, ganaba para Hungría dos medallas de oro en piragüismo, en el K-1 individual y en el K-2, cuando fue cuarta en Sidney en K-1, como serbia. Al menos, en este caso, fue con los plazos estipulados y las bendiciones del COI, como otros 14 deportistas, entre ellos el remero ex suizo Xeno Muller, al que se dio permiso para representar a Estados Unidos. Pero no quiso hacerlo por miedo a algún atentado. Era uno de los grandes favoritos en skiff, la prueba individual. Cambiar para nada.

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