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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

¿De quién es el triunfo?

Ante la disparidad de opiniones vertidas sobre la actuación de los atletas españoles en los Juegos Olímpicos (que han ido del desánimo absoluto a la euforia desmedida), no es fácil comprender las emociones que despierta el triunfo de un desportista en un espectador, ajeno al círculo de compañeros de éste o a sus familiares. Y que, en su gran mayoría, desconoce por completo los sacrificios que le han conducido hasta ese punto. Muchas veces se ignoran hasta las reglas y el funcionamiento del deporte que se trate. Pienso que el atletismo pasa por este tipo de etapas, en las que deportes minoritarios como el remo o el tiro con arco se hacen con un hueco en la programación de la televisión. El fútbol deja el paso a otras disciplinas deportivas, mucho más exigentes en el aspecto físico.

El aficionado habitual, acostumbrado a discutir si fue o no fue penalti, comienza a hablar de ipones, potro con arcos y botavaras,con la misma suficiencia con la que antes peroraba sobre fueras de juego. Así, el desconocimiento provoca la enorme injusticia de que se juzgue con el mismo rasero a deportistas que entrenan un par de horas diarias (y cobran fortunas), con otros que se pasan su vida entera trabajando 8, 9 y 10 horas diarias por unos emolumentos que, en muchos casos, tienen que complementarse con los de otro trabajo. Para jugarse en 5 segundos (o en un par de horas) todo el esfuerzo de esos 4 años (y de toda su vida). Al albur de la calificación de un juez, de un resbalón inoportuno o una lesión.

Por eso resultó inicuo que se tildara de fracaso la ausencia de victorias de los deportistas españoles durante la primera semana de los Juegos. No se entiende que hay una ínfima distancia entre un 3º y un 4º puesto y un abismo entre la brillantez de la medalla y el anonimato en que queda el resto.

Ese afán por superar unos centímetros un listón, una raya en el suelo o unas décimas de segundo en una carrera puede resultar trivial para quien lo vea desde lejos. Pero es la esencia del deporte y te prepara para otras facetas de la vida. Yo lo entiendo bien, porque antes era un avezado deportista (aficionado, pero con un buen nivel). Pero hace 11 años me quedé dormido al volante y pasé de esquiar, practicar el kárate, el montañismo, jugar al fútbol, montar en bici y en moto, a quedarme en silla de ruedas. Tras una lógica fase de desesperación, he rehecho mi vida, gracias a la capacidad de superar retos que me ha dado el deporte.

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