Mitsubishi reduce su colaboración con Daimler en la fabricación de coches medianos
Mitsubishi Motors, el cuarto fabricante de coches japonés y el único que registra pérdidas, ha decidido reducir su cooperación con el gigante germano-estadounidense DaimlerChrysler, para lo que cancelará sus planes de uso de plataformas comunes para la producción de sus turismos de tamaño medio. La nueva situación llevará también a disminuir la cooperación en el área de adquisición de componentes y en la de distribución, informó un portavoz de la compañía nipona.
Desde que en 2000 alcanzaron un acuerdo de cooperación total, los dos fabricantes automovilísticos habían abogado por usar plataformas comunes, creadas por DaimlerChrysler, para los turismos medianos y pequeños de ambas marcas, destinados principalmente al mercado norteamericano.
El recorte de su alianza empresarial en los ámbitos poco beneficiosos para las dos empresas implica "mantener los lazos con DaimlerChrysler en los que sean claramente beneficiosos para ambas", informó el portavoz, que explicó que esta iniciativa estaba incluida en el plan de ajuste de Mitsubishi Motors difundido el pasado mayo para sortear la quiebra.
Ese plan se cimentaba en una inyección de capital de 3.340 millones de euros, la reducción gradual de su actividad en Australia, el cierre de su planta de Sakahogi (Japón) en 2006 y el despido de 7.600 empleados del total de 44.000 en Japón, EE UU, Europa y Australia.
El aumento de capital que se realizó en Mitsubishi Motors redujo, sin embargo, del 37% al 20% la participación de DaimlerChrysler, su principal accionista, con el que se habían enfriado las relaciones desde que éste había anunciado en abril que no participaría en la ya entonces prevista ampliación de capital de la compañía nipona y que incluso estudiaba vender las acciones que tenía en ella.
Estrategia errónea
La creciente competencia y la política de préstamos blandos que ha seguido para comprar automóviles en EE UU, ha derivado en pérdidas para Mitsubishi que suman 9.000 millones de dólares. A su alto débito añade la caída de sus ventas en Japón, originada, opinan diversos analistas, por su falta de credibilidad tras las repetidas llamadas a revisión a sus vehículos por fallos de fabricación.
La Fiscalía japonesa considera que el fabricante de automóviles ha ocultado sistemáticamente esos fallos y cree que a ellos se deben dos accidentes mortales y de al menos una treintena de otros con consecuencias menos graves, lo que ha llevado a la detención de siete ex directivos de Mitsubishi Motors y la apertura de investigaciones por sospechas de falsificación de datos sobre componentes defectuosos.
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