Respuesta de la EMT a una reclamación

En la pasada primavera, al bajar de un autobús de la línea 19, fui aprisionada por las puertas traseras del vehículo. Al dirigirme al conductor para que abriera, éste lo hizo tras unos segundos y arrancó nada más apearme. Como las consecuencias del impacto, aun sin ser graves, revistieron una cierta importancia, decidí presentar una reclamación a la Empresa Municipal de Transportes, acompañada del correspondiente certificado médico.

A los dos meses recibo la contestación a mi reclamación en la que me dicen que "consultado el conductor de la línea que pudo intervenir en el accidente, desconoce los hechos y manifiesta haber efectuado su jornada laboral sin incidente alguno".

Ante esta respuesta se me ocurren algunas reflexiones: ¿Es que sólo tenemos derecho a una reparación si el conductor ha obrado mal a sabiendas? ¿No es claramente una negligencia cerrar las puertas cuando no han terminado de bajar los pasajeros (yo estaba inmediatamente detrás del pasajero que bajó sin percances antes de mí)? ¿No debería el conductor interesarse por lo que ocurre cuando se le urge a que abra las puertas en una parada?

Comprendo que, mientras intentaba zafarme de las puertas me faltaron reflejos para apuntar los datos del vehículo, decir al conductor que no actuaba correctamente, pedir la colaboración de un pasajero testigo y, sobre todo, quedarme dentro del autobús para aclarar las cosas, en vez de bajar cuando se abrieron las puertas.

No estaría de más una disculpa por parte de la EMT, que acaba así su carta: "Puede usted actuar en la forma que considere más conveniente a sus intereses".

Por ahora sólo se me ocurre compartir mi indignación con los que quizá hubieran actuado como yo en una situación semejante, sin pararse a pensar sobre qué es lo mejor para los intereses de uno mientras le están oprimiendo las puertas de un vehículo público.