El derecho de Aralar
La dirección de HB, EH, Batasuna o SA tiene que admitir, como está haciendo parte importante de los hombres, mujeres y jóvenes de nuestro pueblo, el derecho que tenemos como organización a hacer política. Sin esta premisa, está claro que jamás aceptarán una discusión en los términos que dos organizaciones de izquierda debieran abordar como una forma más de poner sus proyectos al servicio de nuestro pueblo.
Nosotros no hemos ilegalizado a ninguna organización y mucho menos hemos cerrado periódicos. Algunos sí hemos contribuido económicamente a sacar adelante otros medios de comunicación, a pesar del trato informativo que nos dispensa.
Resulta lamentable ver la energía que desperdician en intentar silenciarnos en la calle, como hemos podido comprobar reiteradamente con la pegada de sus carteles encima de los nuestros.
Creo que estamos legitimados para reunirnos con quien consideremos necesario si con ello contribuimos a avanzar en la búsqueda de soluciones a este conflicto que se está prolongando demasiado. Me sorprende que un analista político como Martín Garitano se pueda rasgar las vestiduras. ¿Acaso HB, EH, Batasuna o SA no se han reunido con el PSOE o con el PNV? Quiero recordarle una entrevista a Arnaldo Otegi en Cambio 16 (número 1.691, del 31 de mayo de 2004) en la que decía: "Preferimos que el PSOE gobierne a que lo haga el PNV".
Supongo que entonces era políticamente correcto para HB, EH, Batasuna o SA, hacer unos guiños al PSOE, pero el derecho a reunirse con otras fuerzas políticas o representantes institucionales no está sujeto al visto bueno de HB, EH, Batasuna o SA.
Nos consideramos en la obligación de mantener esos encuentros y lo vamos a seguir haciendo les guste o no. Una obligación que va ligada a la claridad de los temas que se ponen encima de la mesa y que los mismos sean conocidos públicamente. Por asociación de ideas, me viene a la memoria que hace poco un dirigente de LAB daba cuenta de una reunión mantenida con el consejero Amman para tratar de la Y vasca. De lo hablado al respecto, ni una palabra. Lo sacó a relucir para informar de las gestiones que realiza el Ejecutivo vasco para atraer carga de trabajo a La Naval de Sestao. Información que, a la luz de las reacciones de trabajadores y del propio Amman, no fue ni compartida con los primeros ni valorada con la prudencia que se merece un tema en que están en juego casi 10.000 puestos de trabajo, además de un sector de alto valor estratégico.
Un mahaikide afirmó hace poco que carecemos de programa político y, al parecer, se alegraba por ello. Eso me entristece. Aralar tiene los deberes bien hechos. Tiene un programa político que esta llegando a la gente y un proyecto de país con el que estamos dispuestos a debatir con todos y todas los que así lo deseen.
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