Alegría en la playa
Javier Bosma y Pablo Herrera derrotan a la pareja canadiense y se enfrentarán hoy a la australiana por una plaza en la final
Javier Bosma y Pablo Herrera amenazaban con dar la campanada y ayer repicaron muchas campanas en el recinto playero de Faliro. Llevan seis partidos ganados, están invictos y se han metido de lleno en la lucha por las medallas. Hoy jugarán las semifinales contra la pareja australiana Prosser-Williams y la final está muy cerca. Los grandes favoritos Ricardo y Emanuel, brasileños, disputarán la otra frente a los suizos Heuscher y Kobel. El quinto puesto de Sidney 2000 ya está mejorado.
Cerca del mar y de El Pireo, en el extraordinario ambiente que se monta habitualmente en este deporte, con mucho color, belleza y música, la pareja española ganó en un tremendo y precioso partido de cuartos de final a los expertos canadienses Chile y Heese, medallistas de bronce en Atlanta 96. Los españoles tuvieron que remontar la pérdida del apretadísimo primer set, por 22-24, tras ir mandado casi todo el juego y ganaron los dos siguientes, por 21-19 y 18-16. En el último y definitivo, que se disputa al mejor de 15 puntos, debieron remontar también y necesitaron tres puntos de partido para imponerse.
Bosma, el gran veterano, ya fue diploma olímpico en Atlanta y Sidney con dos compañeros distintos: Sixto Jiménez, uno de los históricos del voleibol de pista, y el hispano-argentino Fabio Díez. Herrera fue campeón del mundo sub 21 y un grave accidente de automóvil estuvo en un tris de apartarle del deporte. Pero se recuperó y sus condiciones físicas son asombrosas. Sus larguísimos brazos le convierten en una muralla para los bloqueos y en ganchos que caen del cielo para los remates. Con el gijonés Jaime Fernández Barros, otro histórico del voleibol, como director técnico, el dúo se ha asentado en la élite desde su centro de operaciones de Arona, en Canarias, y han planificado perfectamente los Juegos. En una modalidad donde el circuito mundial es Eldorado por el dinero que mueve, han preferido sacrificar las últimas pruebas de Mallorca y Marsella para centrarse en la cita olímpica, una competición distinta porque se juega en muchos más días.
Bosma y Herrera, los Kiraly-Stocklos a la española, ganaron en el torneo de China su clasificación y se retiraron a sus cuarteles sabiendo que podían vencer a cualquiera. Y lo han hecho. Ganaron los tres partidos de su grupo y llevan otros tres más desde los dieciseisavos de final. Además, llegan a las semifinales por el lado bueno, por el que ya no está la segunda pareja brasileña, eliminada por los alemanes, que, a su vez, cayeron ayer ante los australianos. Éstos ya perdieron en la primera fase un partido con los suizos, que juegan la otra semifinal. Sólo Bosma y Herrera están imparables. Han unido experiencia y fuerza, aunque Bosma es otro alarde de potencia. Ayer acabaron descentrando a los canadienses. Child, desesperado, incluso fue amonestado por protestar y tirar de la red. El sueño de las medallas es casi una realidad. Por eso tras el último punto ambos se rebozaron, abrazados, en la arena. Después, Bosma toreó de playa con un capote que le dieron desde la grada. Las medallas están en el ruedo.
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